Seguridad pública post paro nacional

Edwin Maldonado

Aunque muchos insistan en que antes estábamos tan mal, y que el paro no ha incidido en nada, lo cierto es que esta coyuntura ha generado estragos económicos y sociales sin precedentes, en alrededor de un mes los efectos fueron equivalentes a un año de pandemia.

Lo más preocupante son los efectos a futuro que son incalculables, y dependiendo de cómo manejemos estos efectos, nos va costar más tiempo recuperar la dinámica económica y sobre todo recuperar el empleo perdido, que es lo más importante.

Más allá de perdidas, hay efectos como la afectación psicológica de las personas, la polarización, la fractura del tejido social y la sensación de seguridad, que no son propiamente económicos pero que si tienen impactos en la confianza de los agentes económicos, y aunque algunos descalifican cuando se habla de economía, lo cierto es que este mismo paro se genera por falta de oportunidades e ingresos económicos en los hogares, por lo tanto este tema es el más importante y afecta directamente a las personas.

Uno de estos grandes efectos negativos en que me quiero centrar en esta columna es la seguridad pública, entendida como un bien público básico para garantizar la integridad de las personas y sus bienes, en el marco de una convivencia pacífica.

Este derecho sin duda fue el más afectado por este paro, puesto que las alteraciones de orden público afectaron a todos los ciudadanos, especialmente en Cali donde se concentraron los hechos delincuenciales; saqueos, vandalismos, atentados, quemas, bloqueos ilegales, extorsiones y sin número de hechos que generaron un ambiente de zozobra y miedo, pues vimos que se perdió el control de la ciudad.

Lo peor de todo esto y a pesar que la situación ha mejorado, los efectos en materia de seguridad se mantienen, pues perdimos la sensación de confianza de andar por las calles.

Si bien, aquí cabe la aclaración de que los problemas de seguridad de Cali específicamente, no son de ahora pues son muchos los factores que generan violencia en nuestra ciudad, nunca habíamos vivido una situación como la del paro y todavía mantenemos el miedo de movilizarnos por algunos sitios.

La seguridad es un tema complicado de analizar, se puede ver desde el punto de las cifras o de la percepción, pero el trasfondo es la afectación en la población, que es la que tiene que enfrentar los problemas.

Por el lado de la cifras en la ciudad de Cali desde el 28 de abril hasta el 24 de Junio de acuerdo al reporte de MinDefensa se habían presentado por efectos del paro 17 muertes y 785 lesiones entre civiles y policías, a finales de mayo del 2021 de acuerdo al Observatorio de Seguridad de Cali, en la ciudad se presentó un aumento en las cifras de delitos en comparación con el año pasado, debido a que adicional a las actos delincuenciales de los manifestantes, se aprovechó por parte de la delincuencia común la situación de orden pública para intensificar sus actuaciones.

Por el lado de la percepción, y a pesar de que es algo rebatible, la sensación es mucho peor, puesto que hay una incertidumbre total en materia de seguridad, algunas zonas de la ciudad siguen bajo la amenaza de personas que generan zozobra con su actuar delincuencial y a la luz de lo que ha pasado en la última semana en la ciudad tanto en la cabecera como en el área rural, queda claro que la sensación de inseguridad empeoró a raíz del paro nacional.

La población siente que las autoridades no tienen la capacidad de prevenir la comisión de delitos, de reprimir los que están en curso y de condenar los que se han producido.

Sobre todo lo último hace inmanejable la confianza de la población, puesto que siente que hay impunidad y que no pasa nada con los que cometen los delitos.

Esto adicionalmente tiene como resultado que aumenta para el delincuente la relación beneficio costo de efectuar prácticas delincuenciales, pues siente que no van a ser capaz de capturarlo o juzgarlo.

Esto es muy importante de cara a la recuperación económica y del empleo, pues si bien la inseguridad tiene un efecto directo en las personas que son víctimas de homicidios, robos, la violencia y el miedo, también pueden alterar los incentivos para las empresas.

Esto sin duda está afectando la posibilidad de atraer a nuestra ciudad inversión y turismo, está demostrado que la inseguridad disminuye la competitividad de las empresas al impactar su estructura de costos vía el incremento de gastos y pérdidas asociadas y al afectar sus proyecciones de futuro.

Que pensara una empresa que se quiera ubicar en el Valle para aprovechar la ventaja competitividad del puerto de Buenaventura si cree que es posible que lo vuelvan a bloquear, como podemos pensar que pueden venir personas de otros departamentos o países sino nosotros mismos no nos sentimos seguros.

El objetivo primordial a corto plazo en la ciudad, debe ser el de garantizar la seguridad pública a la luz de los nuevos escenarios de criminalidad que vive la ciudad, para lograr una normalización gradual de todas las actividades productivas de la ciudad y continuar con su proceso de reactivación y recuperación económica.

Para eso tenemos que tener claro que la seguridad es un tema multidimensional que depende de factores sociales, de las políticas públicas nacionales y territoriales, de la presencia de las fuerzas públicas y de la actuación de las mismas, y del papel de la justicia para garantizar que se establezcan los castigos correspondientes de acuerdo a la ley.

Por lo tanto, el primer paso para lograr una mejora es fortalecer la eficacia de cada uno de los frentes y la articulación en sus actuaciones.

Es bien sabido, que el número de cuerpo policial en la ciudad no son suficientes para preservar la seguridad, y aunque esto se reforzó por efectos del paro, debemos insistir que se debe reforzar el pie de fuerza de forma permanente en la ciudad y la capacidad tecnológica con el fin de recuperar a la ciudad como destino de negocios y turístico.

Por ahora, es clave que la fuerza pública mantenga una presencia fuerte sobre las zonas de reactivación y comerciales de la ciudad con una articulación sólida entre la Gobernación, lo municipios de la ciudad región, el sector empresarial, la justicia, la Policía Metropolitana y otras fuerzas, para minimizar el accionar de bandas criminales que han aprovechado la coyuntura del Paro Nacional para delinquir de manera sistemática y todo lo que tiene que ver el flagelo del narcotráfico y del microtráfico que es un problema de la región pacífico.

Es vital que se brinden todas las garantías de seguridad posibles para todos los sectores económicos, que la población civil se sienta segura para movilizarse a sus lugares de trabajo, de reunión familiar, de ocio, entretenimiento, estudio o de prestación de cualquier servicio como el de salud.

La incertidumbre es el peor enemigo de los negocios y en materia de seguridad es clave para que el sector productivo pueda tener la confianza para invertir, prosperar, innovar y generar empleo.

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