Hugo E. Gamboa Cabrera

Salud

Hugo E. Gamboa Cabrera

El funcionamiento de los hospitales públicos es crítico, debido a que las Eps no les pagan ni las deudas pendientes ni los servicios que continúan prestando a pacientes remitidos por estas entidades de carácter privado. Ya va siendo hora de que los gobierno nacional y territoriales se pongan las pilas al respecto y obliguen al cumplimiento de los pagos para que los públicos funcionen eficazmente.

Afortunadamente, el Departamental en el Valle, reacondicionado en sus instalaciones, con equipos de alta tecnología y solucionados sus problemas financieros, en gran parte, gracias a la entusiasta labor de la exgobernadora Dilian Francisca Toro, funciona muy bien, pero preocupa la perversa situación del hospital San Juan de Dios, al que las Eps deben casi 50 mil millones de pesos, causando el no pago de salarios de nueve meses y el desabastecimiento de medicamentos esenciales.

Este hospital siempre tiene épocas de terror con ese lío de los incumplimientos de los centros de atención médica particular, que envían y envían pacientes de alto y menor costo, pero no pagan por los servicios. La arquidiócesis de Cali, propietaria de este hospital, también debe pronunciarse o entregar por convenio, su funcionamiento a la alcaldía o a la gobernación, para que ni trabajadores ni pacientes padezcan afugias. No se compadece ni con la ciudad ni con su misión científica, que un hospital con una larga tradición como este, sufra de esa manera sin que a nadie le duela.

Hoy más que nunca, este servicio público, obligatorio y constitucional, no puede regresar a esas tristes épocas cuando las deudas ahogaban a los hospitales públicos, porque se robaban la plata.

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