Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Reapertura escolar

Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Que reabran los colegios porque son los únicos ámbitos naturales para hacer academia. Reapertura, para que los docentes no carguen más con el extenuante teletrabajo extendido hasta 16 horas diarias. Para que los niños recobren su libertad y el encierro no siga lesionándolos psicológicamente. Pero entendamos que sólo la curva de descenso del contagio de Covid-19 daría luz verde para que el Ministerio de Educación decrete el retorno, no caben presiones, tampoco caprichos administrativos, ni apostar al ensayo y error.

En este evento el error no sería humano, sino doloso por hacer caso omiso de las advertencias de peligro colectivo. El temor cunde entre los padres y los docentes tras el anuncio de clases presenciales para agosto. Una decisión equivocada sería fatal porque se balancearía por el número de contagiados sin ocultar que los focos estarían en las aulas. Asumamos esta pandemia con resiliencia y de manera similar a como lo hacemos ante inminentes catástrofes que han requerido de evacuación.

Los estudiantes son los cimientos de la sociedad que al debilitarse se desplomaría apocalípticamente. Al retornar no basta con la alternancia de grupos y la flexibilidad en los horarios. Se requieren garantías en establecimientos dotados de instrumentos de bioseguridad suficientes y con espacios blindados.

Si con tres meses de desplazamiento regulado, varios adultos usan los tapabocas como baberos, ¿qué esperar de niños en confinamiento absoluto y que regresarán ávidos de abrazos y golosos de intercambiar sabores? Los maestros con su instinto de conservación de la vida sortearían entre corresponder a los afectos de sus alumnos o despavoridos esquivarles observando el distanciamiento social.

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