Podría pensarse que se trata de un número para llamadas de emergencia, para la escucha prioritaria o de atención sex hot; pero no. Se trata de un número que representa la extensa jornada laboral de los trabajadores chinos que se extiende desde las nueve de la mañana hasta las nueve de la noche y así durante seis días de la semana. Sí, exactamente una y media veces más que la jornada laboral formal de nuestra latitud.
Por esta razón los jóvenes trabajadores chinos para poder vivir -y por vivir me refiero al tiempo que pueden dedicar a actividades personales- deben robar valioso tiempo a Hipnos, el dios del sueño; un hurto con altísimos costos para la salud. Ha nacido en china un movimiento llamado el “Desvelo de la Venganza” cuyo fin no es otro que el de poder disfrutar un poco más de tiempo personal.
En la medida en que la humanidad recorre hoy el camino de la posmodernidad, y a pesar de que su esperanza de vida se ha ampliado; el tiempo, ese ininterrumpido tic tac del reloj, ha adquirido un significativo valor. Hoy, las nuevas generaciones comprenden más que sus predecesoras, la expresión: “el tiempo es oro”.
Siempre he creído que, si estamos encadenados con grilletes a labores que no nos entusiasman, no solo es una tortura sino una especie de régimen esclavista moderno. Y en China es dramático.
A pesar de que estamos en mejores condiciones que en Oriente por disponer diariamente de ocho horas para trabajo, ocho para dormir y ocho para “vivir”; la reflexión es oportuna.
¡Bienaventurados sean para quienes su trabajo es su pasión!
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