#MalCamino

Iván Cancino

Nuestro sistema penal, que tiene una fuerte tendencia acusatoria, es de los que en el mundo menos respeta la igualdad de armas, con poderosas facultades para la víctima, este tipo de sistema no existe en otros muchos países democráticos, no con la presencia de Contraloría como representante de la víctima y del Ministerio Público, que se dice defensor de la sociedad en el proceso penal, pero que en realidad en las más de las veces es un apoyo de la Fiscalía.

Si a esto le sumamos que no respetan las reglas claras de lo que puede ser una interpretación amplia del principio de tipicidad conglobante estamos en problemas, pues ante esto es que el derecho penal no puede prohibir o sancionar aquello que otras ramas o jurisdicciones no prohíben o sancionan, pues ese principio de igualdad de armas cada vez se alejará más de ser igualitario, si me perdonan la redundancia.

Debo insistir, como lo he hecho en un sinnúmero de columnas, en decir que el Ministerio Público cumple funciones muy importantes para el país, pero ciertamente una de ellas no es su presencia en un proceso penal donde es un entrometido un intruso y debe ser expulsado del mismo.

Si algún día queremos ser justos, es decir que la igualdad de armas sea una realidad, el Ministerio Público debe cambiar su función en los procesos, además de otros cambios que hagan más objetiva la defensa de una persona, como que Medicina Legal no sea parte de una sola parte del proceso, sino un ente de investigación independiente.

La igualdad de armas se tiene que ver reflejada también en las investigaciones a jueces, mediante la creación de una jurisdicción diferente que sea la que los investigue, pues mientras la Fiscalía sea una de las partes del proceso, puede prestarse a intimidaciones al juez.

Para finalizar, no me importa volverme cansón o repetitivo, pero debo ratificar una vez más mi complacencia con la ponencia de la Corte Constitucional en la cual no le va a dar vía libre a la cadena perpetua por romper la estructura de la Constitución Política de Colombia, se les dijo, se les advirtió y hoy la corte nos da la razón a quienes siempre estuvimos en contra.