Lástima que el proyecto de reforma laboral esté dirigido únicamente a mejorar las condiciones de los trabajadores actualmente vinculados al mercado laboral sin pensar en estimular el empleo productivo para quienes permanecen en la informalidad y el “rebusque”.
Es una reforma que privilegia a unos pocos sin estimular la empleabilidad. Es una iniciativa para el gusto de los sindicatos y de las centrales obreras.
Creo que deben considerarse las medidas óptimas para proteger a los trabajadores colombianos y propiciar su desarrollo social y económico impulsando a los emprendimientos que representan una fuente muy importante de los ingresos de gran parte de la fuerza laboral.
Sin embargo, la reforma está orientada para quienes hoy cuentan con un empleo formal sin tener en la cuenta que la pequeña empresa necesita un tratamiento especial que permita su viabilidad financiera.
Se dice que la carga prestacional se incrementará en un 35 %, lo que hace inviable su implementación para los negocios en ciernes.
De la misma manera, se desestimula la formalización laboral, generando un alto impacto para las medianas y las grandes empresas.
Pienso que esta ley debe tener un capítulo especial que establezca un régimen preferencial para los emprendimientos y nuevos negocios, a fin de posibilitar su crecimiento y permanencia en el mercado sin menoscabo de los ingresos básicos legales ni de las prestaciones sociales de los trabajadores.
La reforma debe garantizar los derechos y también estipular los deberes de quienes suscriben un contrato de trabajo ofreciendo garantías para las partes, al igual que, incentivando la productividad de las empresas.
Para ello, se requiere de una normatividad laboral acorde con la dinámica de los negocios a partir de contratación flexible para atender la demanda de las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones; la inteligencia artificial, que está a la orden del día, y de la innovación informática.
Urge, entonces, un estatuto ágil y moderno para los tiempos de hoy, en el que prime la promoción del empleo formal con novedosas formas de contratación laboral acorde con los requerimientos del siglo XXI.
La reforma laboral debe ser un medio para la inclusión social, el desarrollo humano y la generación del empleo productivo sin privilegios. El Congreso de la República tiene la última palabra.
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