El anuncio del Gobierno de iniciar la aplicación de la Vacuna contra el Covid 19 a partir del próximo mes de febrero es una positiva noticia para los colombianos. Según lo dicho por el Ministerio de Salud el país ya tiene aseguradas 40 millones de dosis de vacunas para 20 millones de personas, de las cuales la mitad fueron adquiridas a través de la plataforma de cooperación internacional Covax, a las que se suman 10 millones de muestras negociadas con las farmacéuticas Oxford-AstraZeneca y otra cantidad similar con la firma Pfizer.
Así las cosas, el Gobierno dispone de lo que resta de este año y el mes de enero para tener listo el plan de vacunación que comenzará inmunizando a los adultos mayores, seguido del personal de la salud, a personas con comorbilidades, para finalizar con el resto de población entre los 16 y 59 años.
Pero aún quedan detalles para optimizar. Por ejemplo, la Vacuna de Pfizer exige el uso de ultracongeladores que preserven el biológico a temperaturas de menos 70 grados centígrados, los cuales el Gobierno está adquiriendo, mientras que para el caso de Oxford-AstraZeneca, se implementará el mismo manejo que ya existe en el país para las vacunas, pues no requiere de un almacenamiento particular.
Igualmente, los menores de 16 años y las mujeres embarazadas no están incluidas aún en el plan de vacunación, debido a que no han terminado los estudios de las farmacéuticas sobre su seguridad y efectividad en estos grupos poblacionales.
De otra parte, el Gobierno deberá aclarar las cifras de personas hipertensas que tiene previsto inmunizar, pues mientras el Ministerio de Salud habla de cerca de cuatro millones de personas con esta condición, entidades como la Liga Colombiana contra el Infarto y la Hipertensión afirma que en Colombia habría más de 15 millones de personas hipertensas. Y no menos importante es buscar alternativas para que los migrantes irregulares no se queden por fuera del acceso a la vacuna, como un acto humanitario.
Pero si bien los avances conseguidos son positivos, no debemos relajarnos. Es ahora cuando debemos seguir con el uso del tapabocas, el lavado frecuente de manos, el distanciamiento social, evitar las aglomeraciones y limitar nuestra movilidad a lo estrictamente necesario. Aún más cuando existe escasez de medicamentos prioritarios que están causando el cierre de centenares de camas de UCI en el país.
Es comprensible que, en estas fiestas de fin de año, la posibilidad de visitar a nuestros familiares y amigos es una idea muy tentadora. Pero sería lamentable que cuando la solución está justo a la vuelta de la esquina, muchos de nuestros seres queridos resulten contagiados por nuestra negligencia e incluso seamos responsables de que no vuelvan a estar aquí, para volverlos a abrazar. Mientras llega la vacuna, en estas fiestas de Fin de Año el mejor regalo que nos podemos dar es ser solidarios y autocuidarnos, para así preservar la vida y tener un mejor futuro.
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