Juan Camilo Vanegas

La Prestación de Servicios

Juan Camilo Vanegas

Cerca de 2.5 millones de colombianos dependen de contratos de prestación de servicios celebrados con el estado para llevar dinero a sus hogares.

En mi caso personal, he desarrollado la gran mayoría de mi vida profesional en el sector público y aproximadamente el 80% de esos 10 años que he trabajado en este sector, lo he hecho bajo la modalidad contractual de prestación de servicios.

Esa que hoy el presidente Gustavo Petro pretende acabar.

Si bien es cierto es muy difícil defender esta modalidad de contratación, la forma abrupta como el gobierno nacional pretende transformarla tampoco es el camino.

Pues, son muchos los colombianos que dependen de este tipo de contratación y para cualquier institución pública, pasar de contratos de prestación de servicios a nombramientos, implica más recursos que generalmente no existen, por lo cual el resultado final serían menos personas contratadas y aumento de la tasa de desempleo, que para octubre del año pasado el DANE la registró en 9.7%.

Ser contratista del Estado implica un gran calvario que se desarrolla en varios pasos.

El primero de ellos es lograr firmar el contrato. Siempre se debe cargar la hoja de vida en diferentes plataformas (generalmente en el Secop II y en la plataforma propia de la institución pública), cada año o cada vez que se renueva el contrato hay algún cambio en los requisitos formales, y luego se debe batallar con el funcionario(a) encargado(a) de revisar que todo esté bien y de elaborar el contrato. Proceso que generalmente es largo por la cantidad de personas contratadas (o por la desidia del funcionario[a]).

Generalmente mientras se elabora y firma el contrato se cumple casi que la totalidad del primer mes de trabajo.

Así, tras superar la dificultad de que se elabore el contrato y de que sea firmado, llega el segundo paso. Rápidamente se debe presentar cuenta para lograr cobrar antes de que el mes termine y no se junten cuentas, ya que si se juntan dos o más pagos en un mismo mes, la retención en la fuente puede significar hasta $1.000.000 del sueldo.

Elaborar la cuenta es el siguiente paso del suplicio y la gran dificultad radica en la cantidad de requisitos.

Son aproximadamente 4 formatos diferentes que se deben diligenciar y nuevamente lidiar con que queden correctamente elaborados, lo cual es generalmente difícil.

A estos formatos se deben sumar las evidencias de que se trabajó, ya que dados los riesgos de corrupción de Colombia, no es suficiente con trabajar y entregar los productos, sino que se debe comprobar.

A esto se suma que se debe cotizar la seguridad social de forma independiente, lo cual implica el proceso de ir algún lugar para liquidar y hacer el pago, un paso más. Pasar cuenta siempre implica destinar (y perder) al menos 1 o 2 días en la elaboración.

Finalmente, tras pasar la cuenta, se debe esperar que si toda la documentación va (con la bendición de dios) correctamente diligenciada, que en aproximadamente unos 10 días el dinero sea transferido de la Dirección de Hacienda a la Fiducia que dispersa el dinero en las cuentas de los contratistas.

Sin embargo, el pago se pueda demorar hasta más de un mes por la cantidad de contratistas, por la demoras en la Secretaría donde se trabaja o en la Dirección de Hacienda o porque simplemente se contó con mala suerte y el pago se demoró.

Así pues, tiene razón el gobierno nacional en querer transformar la prestación de servicios y dignificar las condiciones laborales de los contratistas, sin embargo, debe ser un proceso con un tiempo de transición prudente, de tal forma que no se afecte tanto a los todos los colombianos que dependen de sus contratos de prestación de servicios con el estado para solventar los gastos de sus hogares.

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