Las apuestas de la feria virtual y del alumbrado móvil son creativas y se atemperan a la realidad impuesta por el Covid. Sin duda, la administración también tiene que reinventarse y buscar alternativas ante la imposibilidad de hacer eventos presenciales masivos.
La Feria de Cali y el Alumbrado buscan darles entretenimiento a los caleños y mover la economía en torno al sector cultural, uno de los más importantes de la ciudad. Los dos eventos suman cerca de 20 mil millones de pesos, recursos que se quedarán en la ciudad en manos de orquestas, bailarines, productores y personal de logística.
Los eventos se harán sin público pero a través de diversas tecnologías y de actividades móviles todos los caleños podrán acceder a ellos. He visto los planchones que la administración ha usado para activar con música y baile en vivo las zonas gastronómicas.
En el parque del perro, al aire libre y con bioseguridad, se congregan los ciudadanos encontrando en la actividad una alternativa de entretenimiento que además mueve los negocios formales y las ventas ambulantes. Me imagino que esto, a gran escala, es en lo que está pensando la administración. La situación que estamos viviendo es la más difícil de nuestra historia.
Más fácil y menos riesgoso sería para la administración encontrar en el Covid la excusa para no hacer nada. Sin embargo, ha optado por proponer maneras disruptivas para sacar adelante los proyectos. Un esfuerzo que vale la pena reconocer y apoyar. Contrario a lo que muchos opinan, pienso que estas iniciativas harán de esta la feria más masiva que hayamos tenido. Presencial o virtual, la ciudadanía está en su derecho de pedir cuentas del manejo de los recursos, algo que la administración ha estado dispuesta a hacer.
Comments
Fin de los artículos
No hay más artículos para cargar