Reducir la jornada laboral en Colombia implica unirnos a una tendencia mundial que nos permitirá mejorar la calidad de vida de los trabajadores. Es una medida necesaria para un país con una de las jornadas laborales más largas de Latinoamérica y con un código sustantivo de trabajo obsoleto en cuanto a las condiciones de relación laboral. Sin embargo, en medio de una crisis económica como la que atravesamos como consecuencia de la pandemia del covid-19, las medidas que mejoren las condiciones del trabajador deben estar acompañadas de medidas que permitan la creación de empleo que conlleve a la reactivación económica.
El mercado laboral se transforma, Colombia es uno de los países que no ha logrado alcanzar esa flexibilidad requerida para lograr el equilibrio entre la proyección al trabajador y las garantías al empleador que permitan que la empresa privada crezca generando mayor cohesión social.
Según BBC Mundo. Jon Messenger, investigador de la OIT y autor de Working Time and the Future of Work: “las jornadas laborales más cortas mejoran la calidad de la vida personal y familiar, disminuyendo riesgos para la salud y fomentando el bienestar y el desempeño laboral”.
Una mejor calidad de vida seguramente llevará a un mejor desempeño del trabajo y una mayor productividad en sus horas de trabajo, pero, en medio del covid-19 esta medida debe ser implementada con gradualidad, se debe buscar la flexibilidad que está en deuda en nuestro sistema, y una buena opción es ayudar a mejorar la calidad de vida del trabajador reduciendo su jornada, pero a su vez lograr la protección del empleo y buscar mecanismos que combatan el desempleo.
El proyecto de ley que busca modificar el contrato de aprendizaje es un gran paso.
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