En días pasados se confirmó una condena más contra militares por la retoma del Palacio de Justicia, uno de los peores eventos, si no el peor acto criminal que ha afectado a la justicia colombiana, murieron varias de las mentes más brillantes del derecho, prohombres que formaron a miles de juristas que hoy en día en su mayoría ya están también alejados de la judicatura o de la cátedra, murieron también muchas personas diferentes a los magistrados cuyas familias sufren, así como fueron quemados miles de documentos que hacían parte de la historia de la justicia colombiana.
Está bien que la justicia condene a quienes cometen delitos, nada justifica usar crímenes para atacar criminales (es lo mismo que quienes hoy en masa agreden a un ladrón ya reducido hasta dejarlo hecho añicos o matarlo), quien comete un acto delictivo, ajeno a la legítima defensa, es un criminal más.
No obstante, esta justicia no debería ser aplicada a un solo bando. ¿Para cuándo podremos saber lo que la juventud quiere desconocer, por engaño o por voluntad propia, y es el papel de los terroristas del M19 en este magnicidio? ¿Cuándo se le exigirá a Petro, Patiño, Navarro y compañía que narren sin mentiras su rol en tan horrendo crimen?
Es cierto que se les dio impunidad a cambio de paz, pero eso fue en otra época y creo que como sucedió en Argentina y otros países se debe condicionar el que no se revoque esa impunidad a qué digan su verdad e indemnicen a las víctimas de sus delitos.
Es claro que en su momento el doctor Uriel Amaya, en su calidad de Juez 30 de Instrucción Criminal, exactamente el día 31 de enero de 1989, encontró mérito para acusar a la cúpula del M19, entre ellos a Antonio Navarro Wolff, a Otty Patiño y a Gustavo Petro, por los delitos de homicidio, tentativa de homicidio, secuestro y decretar medida de aseguramiento en su contra.
Con esto nada pasó, ellos y otros tantos están en absoluta impunidad, aunque tienen el deber, así como el Estado también debe buscar las herramientas para que lo hagan, de decir toda la verdad, por el contrario, callan, se esconden y de seguir así se debe buscar la manera de tumbar cualquier indulto, amnistía o similar.
Es increíble que una persona que delinquió, no reparó y no ha dicho la verdad, pretenda salirse con la suya y pensar que todo su pasado se borró y que se logró burlar de sus víctimas.
Las segundas oportunidades y hasta terceras o cuartas deben apoyarse y promoverse, pero para decir que alguien se resocializó no basta que haya vivido en impunidad y supuesta legalidad, debe reparar y decir la verdad, cosa que hasta el día de hoy Gustavo Petro nada de esto ha hecho.
Petro, ¿Cuándo contará la verdad?, ¿Cuándo reparará a sus víctimas y pedirá perdón?
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