Lo logramos, como vallecaucanos demostramos que somos solidarios, más de 240.000 mercados beneficiarán a familias vulnerables de nuestro departamento.
Los días pasan, la cuarentena se extiende y el hambre se vuelve el común denominador en muchas familias. El Estado no da a basto, las ayudas no están siendo suficientes. Hoy más que nunca Colombia necesita que nos unamos, que nuestra solidaridad sea la nueva forma de comunicarnos, más del 50% de colombianos hoy necesitan nuestra ayuda (46,7% que viven de la informalidad más el 12.2% que no tienen empleo).
En Colombia casi tres de cada 10 colombianos viven en pobreza monetaria. En el silencio de sus hogares el hambre está matando, y desde nuestras posibilidades podemos ayudar a mitigar, cualquier manifestación de solidaridad es un salvavidas para quien hoy no tiene que comer.
Alrededor de 24.000 personas en el mundo mueren cada día de hambre, según Naciones Unidas, y con la crisis mundial ocasionada por la pandemia, seguramente esta cifra irá en aumento.
El hambre no es un problema de ahora, es un problema social de siempre que ha quedado expuesto en medio de esta emergencia, al año miles de colombianos mueren por falta de alimentación, según la Andi, el 54,2 % de los hogares en Colombia presenta inseguridad alimentaria y cerca de 10,8 de nuestros niños y niñas menores de cinco años sufre de desnutrición.
El ingreso solidario del Gobierno generado por la Pandemia es quizás lo más parecido que tenemos en Colombia a un ingreso básico universal, una meta a la que deberíamos apuntar, que sin duda, será una buena forma de empezar a combatir el hambre. Es tiempo de eliminar la desigualdad.
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