La elección de Griselda Lobo como vicepresidenta del Senado no pasa desapercibida. Quienes nos opusimos a varios puntos del Acuerdo de la Habana, con el tiempo, en vez de cambiar de opinión, por causa de las decisiones tomadas nos hemos reafirmado en muchas de esas convicciones.
Por ejemplo, la forma de elegir magistrados de la JEP, aunque recientemente un escrito académico de Santiago Pardo manifieste que la elección fue “ejemplo” para el mundo por su inclusión, ha hecho que haya una tendencia ideológica bastante desbalanceada, lo cual no sería problema si esta tendencia no se hubiera manifestado en el actuar de la misma JEP. Además, a hoy, los resultados son muy pobres, pocas medidas frente a las FARC, pocas exigencias y el lamentable episodio de Santrich. Poco de imparcial tiene un ente en el que muchos de sus miembros fueron, no sólo críticos, sino también contraparte del uribismo en procesos judiciales.
En efecto, la elección de la Senadora Lobo como vicepresidenta del Senado, deja ver muchos vacíos en el acuerdo de paz. Verdad, justicia y reparación son estandartes de una justicia transicional a lo que se debe sumar la garantía de no repetición. En las entrevistas dadas por la señora Lobo deja ver el poco interés de este grupo en cumplirlos.
Se le pregunta que cómo prefiere que la llamen si Griselda Lobo, su nombre real, el que está en la cédula o Sandra Ramírez, el alias con el que cometió tantos delitos y ella responde que prefiere su alias, que el otro nombre, el de ciudadana, no la identifica. Alguien que mantiene el alias que tanto terror causó, lejos está de arrepentirse de sus fechorías. Tanta razón hay en esta conclusión que ella también manifestó que si volviera a nacer sería guerrillera otra vez, es decir que poco se arrepiente, pocas ganas tiene de contribuir a la verdad y, sobre todo, pocas ganas de no repetición.
La pregunta entonces es ¿hasta cuándo la JEP va a permitir que personas que fueron líderes de un grupo dedicado al narcotráfico, al tráfico de armas, al secuestro, a la extorsión, sigan violando los compromisos adquiridos con el país? Como si fuera poco alias “Sandra Ramírez” niega el reclutamiento del conflicto, se burla del país, de los menores reclutados.
Además de lo expresado, dos grandes errores permitimos quienes nos opusimos al Acuerdo de la Habana, permitir que el triunfo del NO pasará sin pena ni gloria y que pudieran participar en política los miembros de las FARC sin haber dado reparación, verdad y garantías de no repetición.
En mi concepto la cárcel no era un factor decisivo, pero está claro en las declaraciones de alias “Sandra Ramírez” que ellos, las FARC, prefieren mantener vivo su historial delictivo antes que dar tranquilidad a sus víctimas, resarcirlas y reingresar a la sociedad a la que tanto daño hicieron.
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