Se puede afirmar que el Centralismo como orden territorial funcionó con falencias hasta 1839.
Había surgido constitucionalmente en la carta político-constitucional de 1821(en Villa del Rosario, Cúcuta),precedida por la reunión de Angostura que a través de una Ley fundamental había dado vida a la República para reemplazar la Colonia con Virreinato, después del triunfo en la Batalla de Boyacá.
El General Santander como Vicepresidente gobernó 5 años hasta que regresó del Perú Simón Bolívar, en noviembre de 1826 y reasumió el mando.
Las talanqueras en la Convención de Ocaña(1828) impidieron la reforma a la constitución de Cúcuta, y las conspiraciones ya formadas, cuajadas y averiadas en 1830 enturbiaron la reforma constitucional de 1830.
El asesinato del Mariscal Sucre en junio de 1830, La muerte de Simón Bolívar en diciembre de 1830, en medio del entramado de conatos de guerra regional entre jefes militares de Venezuela y Colombia e internamente entre facciones de ambos, en el contexto de gobiernos provisionales de Mosquera, Urdaneta, José María Obando, y Domingo Caicedo, esto le abrió el camino a los seguidores de F.P Santander para que terminara su exilio en Europa y regresara al país con el fin de participar en las elecciones de 1832, reasumiendo el poder para un segundo mandato presidencial entre 1832/ 1837).
Santander gobernó con un modelo territorial Centralista , y se inició la corriente federalista, con Obando, quien encontró este argumento como excusa para escaparse del proceso judicial por el asesinato de Antonio José de Sucre.
Obando insufló los ánimos a los curas del sur para defender los conventos de la decisión de su uso para ampliar la instrucción pública como colegios, así lo concibió el presidente José Ignacio de Márquez, decisión que dio pie a la guerra civil por los conventos, en la primera fase, desencadenando la segunda fase como guerra civil de los supremos, con tintes separatistas y enarbolando el federalismo como orden territorial para Colombia llamada en ese momento República de la Nueva Granada.
El General Santander quien hizo parte de la conspiración septembrina para asesinar a Simón Bolívar , había sido uno de sus grandes amigos, pero se envaneció dentro del primer gobierno porque consideró que haber continuado con la guerra de independencia hacia el sur para liberar Ecuador y Perú era un error.
Bolívar pensaba lo contrario, sino se derrotaba totalmente a los españoles allí acantonados, volverían y desbaratarían la Gran Colombia como Estado compuesto por las antiguas regiones del Virreinato.
Así como habían regresado en 1815 después de la liberación de Fernando VII ,luego de la ocupación Napoleónica.
Después de los gobiernos de Santander y Márquez vendrá la reforma de Mariano Ospina Rodríguez implantando la Confederación, y después de la guerra civil por las soberanías que iniciaron Juan José Nieto desde la Costa Caribe, y Tomás Cipriano de Mosquera, desde el Cauca, vendrá el largo periodo del Federalismo bajo los gobiernos del Olimpo Radical(1863/1886), para después de la guerra civil de 1885 aparecer el Centralismo en la Constitución de La Regeneración, hasta hoy.
Los nuevos sujetos políticos después del Gobierno de Márquez se ubicaban en las sociedades Democráticas, centro de discusión de artesanos, intelectuales y de otro lado los librecambistas, pues no habían nacido los partidos políticos que aparecerán después de 1849, y es la imprenta con los periódicos la forma de participación que encuentran para agenciar sus ideas políticas.
Sandra Milena Polo Buitrago, en su investigación titulada Los artesanos bogotanos y el antilibrecambismo 1832-1836, a manera de conclusión expresa que, cuando se analiza el papel del artesanado en el siglo XIX, se dan por sentadas unas premisas importantes comenzando por la primera petición artesanal, la del 10 de mayo de 1836.
En ella se expresan por primera vez los artesanos bogotanos como gremio frente al gobierno nacional, solicitándole subir las franquicias de los puertos, pues –según ellos– es la competencia extranjera la que está acabando con la producción nacional.
Fue el debate ideológico y no en la realidad concreta donde se encuentran los principales argumentos del conflicto entre los artesanos y el gobierno con respecto a las franquicias de los puertos.
Debe revisarse las legislaciones de aduanas vigentes, en especial porque se considera que aquí está el origen del problema del atraso en la producción nacional.
En la realidad, en el caso de los artesanos bogotanos, ellos tenían no solo una legislación que se mostraba como favorecedora de las artesanías en este tiempo, sino que también tenían la ventaja del carácter casi inaccesible de las vías de comunicación hacia el centro del país, lo que generó el llamado ”proteccionismo natural”, que en el caso de Bogotá funcionó por lo menos hasta mediados del siglo XIX.
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