Hace unos años, por temas de salud un doctor me prohibió la Coca-Cola en mi dieta, quiero contarles que sentí que me moría, no solo por el daño en la salud que tenía sino por abandonar a la querida bebida que me ha acompañado durante casi toda mi vida. Obvio bajé la dosis, pero no fui capaz de desprenderme del todo de ella.
¡A quién no se le ha hecho agua la boca al ver una Coca Cola fría, sus burbujitas, con hielo haciendo que se derrame agua helada en el vaso!
Y es que después de tanto viajar he descubierto que la Coca Cola es casi la misma en cualquier lugar del mundo, que es un sabor conocido y aunque varía, puedo asegurar que lo hace muy poco.
Me encanta ver su empaque en alfabetos diferentes al nuestro, cómo cambia el tamaño de la lata o la botella, y hasta sabores hechos especialmente solo para algunos países.
Respeto a aquellos que se han casado con la marca expuesta en miles de piezas de mercadeo, es decir, los que tienen colección desde niños, que esperaban el camión rojo para adquirir las monas (caramelos) para el álbum de Coca Cola, los LP´s con colecciones de música promocionados por la marca, hasta las botellitas clásicas que contaban la historia de las curvas más famosas en vidrio, o el oso polar que Coca Cola promueve en diciembre, aún en países que como el nuestro no tiene invierno.
Coca Cola tiene historia, como que fue inventada como un jarabe para la tos y que tiene un museo ubicado en Atlanta en donde en una bóveda se guarda el secreto de su sabor (como prueba de que los gringos son unos expertos en vender aire) y obvio cuentan en todo un edificio miles de anécdotas alrededor de la bebida más vendida del mundo, como cuando hubo protestas y la fábrica recibió miles de cartas porque su sabor cambió buscando tener menos azúcar.
Conozco familias que han criado a sus hijos con una “dos litros” debajo del brazo, tanto que le dicen agua al líquido oscuro o a quienes todos los días se comen “un pan con Coca Cola” de medias nueves sagrado.
Solo la forma de su botella en la mano ya nos describe su marca, en ella se aprecia un producto emblema. En términos de derecho de autor nos enseña lo que es ser pionera, original, auténtica, se diferencia en todo: su empaque, colores, tipografía, hasta por ser patrocinadora de los Juegos Olímpicos del mundo, no hay en ella nada que no haya sido planeado.
Espero tener Coca Cola para rato y que si los médicos la han de prohibir que sea solo en su justa medida.
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