Bienvenidos al pasado

María Sol Navia

Estamos caminando a la inversa del desarrollo, dirigiendo los pasos hacia modelos que demostraron su fracaso, como en Rusia, Cuba y Venezuela.

Claramente las políticas propuestas por las reformas del gobierno Petro son estatizantes, dirigidas a fortalecer el estado y su burocracia, a la prestación de servicios por parte de este y en desmedro del sector privado.

El rechazo y el fastidio del presidente y varias de sus ministras hacia la empresa privada es más palpable cada día.

Si revisamos algunas de las bases de la doctrina comunista encontramos que la estructura de muchas de sus propuestas y proyectos presentados al congreso, se identifican plenamente con estos principios.

Por ejemplo: plantea el tema colectivista y anti-individualista en todo lo relacionado con la economía popular y el sector agropecuario, cuya formulación es muy válida en cuanto a la necesidad de apoyar a emprendedores y desarrollo de nuevas empresas como fuentes de generación de empleo, pero a su vez los está afectando con la reforma laboral.

Ideal indudablemente facilitar a esos pequeños empresarios que tengan herramientas para poder exportar, vender al estado y crear valor agregado, pero para eso no es necesario debilitar al sector privado y a las empresas grandes y organizadas, que son las que crean el empleo formal y estable, por el contrario, hay que buscar que esas empresas pequeñas e informales en su mayoría, avancen hacia estructuras modernas y formales que les permitan aprovechar los beneficios tecnológicos y financieros.

Acude con frecuencia a azuzar una lucha de clases, como lo manifiesta en muchos discursos y lo hizo abiertamente desde el balcón del palacio a la plaza de armas, creando un enemigo a quien culpar por no permitir el cambio según su narrativa.

No puede ser más claro el deseo de estatizar los servicios y arrasar lo que hacen empresas privadas, como lo demuestran plenamente las reformas pensional y de salud, así como centralizar el poder asumiendo funciones en la presidencia que están asignadas a las comisiones de regulación.

La hundida reforma política, a decir de sus mismos socios, como el partido verde, buscaba el fortalecimiento del pacto histórico y su permanencia en el poder. ¿Un avance disimulado hacia un partido único?

Por otra parte el pacto histórico y el gobierno que ejerce se considera que es el vocero y representante único del pueblo, como lo hizo con el sangriento paro del 2021, pero resulta que las protestas se han incrementado en las ciudades y campos, exigiendo cumplimiento de promesas, varias no financiables y hasta violatorias de derechos de otros, como la posesión de tierras, o respondiendo a la flexibilización de principios y falta de autoridad.

En últimas el cambio de modelo de democracia y estado, que nos ha permitido un importante desarrollo, aunque con falencias que es necesario corregir, pero no arrasando los cimientos para ser el mesías.

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