Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Amo a un municipio fulano

“Amo a Cali”, “Amo a Dagua”, “Amo a Palmira”, “Amo a Jamundí”: leemos en las entradas municipales como declaraciones colectivas, moldeadas en letras gigantes.

En las fronteras internacionales las vallas rezan: “Bienvenidos a Ecuador”… “Bienvenidos a Venezuela”, pero son advertencias de sometimiento a las leyes de países vecinos.

En cambio, el “Amo a un municipio fulano”: expresa sentimientos de arraigo.

Durante la COP 16, en la zona verde de la plaza Cayzedo, hubo quioscos ubicados contiguamente para atender a nombre de Cali, Dagua, Palmira, Candelaria, divulgando políticas ambientalistas y el ánimo integracionista metropolitano.

La integración metropolitana beneficiaría a los municipios: dotación con centros de acopio, funcionamiento del tren de cercanías, programación de juegos deportivos, promoción del ecoturismo, estimulo de la producción agrícola, favorecimiento de los citadinos caleños y de demás municipios en adquisición de alimentos baratos.

Los citadinos y los campesinos del área metropolitana comprarían a menores costos los productos de las plantas industriales de Yumbo.

En la integración, reclama la gente, hay que poner en claro que cada asociado guarde autonomía administrativa y se reserve la administración de su recurso hídrico.

El Departamento espantará el segregacionismo con propuestas anárquicas separatistas ambiciosas de poder.

Para la viabilidad del proyecto deberá mejorarse las carreteras y construirse vías alternas.

Si los países no han cumplido la utopía integracionista latinoamericana a que los exhortó Simón Bolívar, ¿será que las asociaciones intermunicipales estarán guiadas por la gobernanza en hermandad bolivariana? Clausurada la COP 16 el proyecto de área metropolitana requerirá de previa consulta popular.

Lo contrario sería la implementación de un embeleco ferial.

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