Cali, noviembre 20 de 2025. Actualizado: miércoles, noviembre 19, 2025 23:44
Colombia cerró el tercer trimestre de 2025 con un desempeño económico que superó con claridad las expectativas del mercado y volvió a encender la confianza del sector empresarial.
El país creció 3,6% anual, una cifra que ubicó a Colombia por encima del pronóstico de los analistas (3,2%) y que confirmó una aceleración de la actividad productiva en todos los frentes, especialmente en comercio, transporte, manufactura y sectores intensivos en servicios, áreas donde regiones como el Valle del Cauca mantienen una participación decisiva.
Estos resultados llevaron a la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) a revisar al alza sus estimaciones de cierre de año.
En su comentario económico más reciente, el centro de estudios elevó su proyección de crecimiento para 2025 desde 2,6% hasta 3,0%, argumentando que la economía “muestra un comportamiento más robusto del esperado, especialmente en la demanda interna”.
De acuerdo con los datos del Dane, el repunte económico se explica principalmente por el dinamismo del consumo y del gasto público.
El consumo total aumentó 5% anual y el consumo de los hogares creció 4,2%, impulsado por tres factores clave: salarios reales en aumento, mayor flujo de remesas y recuperación del crédito de consumo.
Anif subraya que este comportamiento confirma una recuperación más firme del ingreso disponible y un mejor tono en las expectativas de los consumidores.
De hecho, el índice de confianza del consumidor alcanzó su nivel más alto en siete años, reflejando una mejora en el clima económico general.
En regiones como el Valle del Cauca, donde el 70% del PIB proviene del comercio, los servicios, la manufactura y la logística, este repunte del consumo se traduce en mayor actividad en centros comerciales, restaurantes, transporte, hoteles y plataformas de comercio electrónico.
La Cámara de Comercio de Cali ya reporta más de cinco meses consecutivos de crecimiento en ventas minoristas, lo que coincide con la tendencia nacional.
Un elemento clave del desempeño del PIB en el tercer trimestre fue el crecimiento del consumo del gobierno, que aumentó 14,2% anual.
Anif advierte que este componente explicó 1,3 puntos porcentuales del total del crecimiento de 3,6%, lo que significa que sin el impulso del gasto público, la economía habría crecido alrededor de 2,3%.
La administración pública, junto con educación y salud, creció 8%, convirtiéndose en uno de los sectores que más jalonó el PIB desde el lado de la oferta.
El Valle del Cauca, con su red hospitalaria y educativa robusta —incluyendo centros como Fundación Valle del Lili, Icesi, Javeriana Cali, Universidad del Valle y sus clústeres de salud—, fue uno de los territorios donde este impulso se vio con mayor fuerza.
El análisis de Anif, sin embargo, plantea una advertencia: el crecimiento sostenido del gasto público podría generar presiones fiscales en 2026 si no se acompaña de una mayor inversión privada y una mejora real en la productividad. Por ahora, funciona como un amortiguador económico, pero su sostenibilidad sigue en debate.
El comercio, transporte y hotelería crecieron 5,6%, mientras la industria manufacturera avanzó 4,1%, impulsada por alimentos, productos químicos y metalmecánica.
Estos sectores tienen una presencia marcada en la economía del Valle del Cauca, donde operan grandes empresas como Colombina, Manuelita, Buenaventura, Carvajal, Roldanillo Textil y una sólida red logística articulada con el puerto de Buenaventura.
Los clústeres regionales —Bioeconomía, Macrosnacks, Sistema Moda, Belleza y Cuidado Personal, Excelencia Clínica y TIC— también se han beneficiado del aumento del consumo y de la normalización de las cadenas productivas.
El Valle se encuentra entre las regiones donde más rápidamente se recuperaron inventarios y donde los servicios volvieron a niveles superiores a los del período pre-pandemia.
Por contraste, la construcción registró una caída de –1,5%, debido a la desaceleración de la vivienda y los costos financieros.
Sin embargo, la obra civil mostró recuperación gracias a proyectos estratégicos como el Metro de Bogotá, el Túnel del Toyo y otras intervenciones regionales.
La caída más profunda se registró en minería y petróleo, con –6% anual, impactada por incertidumbre regulatoria.
El repunte nacional se siente con particular fuerza en el Valle del Cauca, donde confluyen tres elementos clave:
El comercio y los servicios representan más de la mitad del crecimiento regional, por lo que el aumento del gasto de los hogares impulsa directamente al sector empresarial caleño.
El aumento del PIB coincide con indicadores recientes del GEIAL y del ISE regional que muestran una ciudad con mayor actividad productiva, recuperación del empleo formal y expansión del emprendimiento innovador.
El puerto de Buenaventura, el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón y la red de clústeres industriales del Valle permiten que los sectores que crecen en el plano nacional —logística, agroindustria, manufacturas, salud y comercio— tengan un impacto más amplio en la región.
Con la nueva lectura del comportamiento económico, Anif elevó su pronóstico de crecimiento para 2025 a 3,0%, destacando que “la economía colombiana sorprendió positivamente y arrancará 2026 con un mejor balance del esperado”.
Para regiones como el Valle del Cauca, esto significa mayor confianza para emprendedores, comerciantes, exportadores y empresas que dependen del consumo interno.
El dinamismo de sectores como comercio, salud, gastronomía, turismo, manufactura y tecnología permite anticipar un cierre de año con cifras favorables para la actividad empresarial.
Aunque persisten riesgos fiscales y desafíos en sectores como minería, vivienda y productividad, la lectura general es clara: Colombia retoma impulso y regiones altamente integradas como el Valle del Cauca están capitalizando este ciclo positivo con fuerza.
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