Por Angie Julieth Cobo

El fentanilo es un potente analgésico que tiene sustancias que son procesadas en laboratorios farmacéuticos, como también de manera ilegal en espacios clandestinos.

Este fármaco es utilizado dentro del sector de la salud, bajo prescripción médica, para el alivio del dolor, especialmente en pacientes con dolencias severas y etapas avanzadas del cáncer.

Este opiáceo, cuyos principales distribuidores son México y China, puede ser 1.000 veces más fuerte que la morfina y 50 veces más fuerte que la codeína, además su uso indebido puede llevar a la sobredosis y posteriormente a la muerte.

Aunque el número de muertes relacionadas con el consumo de fentanilo ha ido en aumento, esto no ha disminuido su producción, en particular en América del Norte, esto debido a la facilidad de sintetizar la droga y a la cantidad de dinero que esté mueve en el bajo mundo.

Entre los síntomas que produce este medicamento se encuentran la sensación de euforia extrema, lo que puede llevar a la búsqueda continua de la droga, depresor del sistema nervioso central, por lo que puede causar una fuerte sensación de somnolencia, relajación, depresión respiratoria, se experimenta confusión, pérdida de conciencia, problemas para concentrarse, desorientación, malestar estomacal, náuseas, vómitos, causa estreñimiento severo debido a su efecto sobre el sistema digestivo, el cuerpo se vuelve tolerante a la droga y la persona experimenta síntomas de necesidad cuando intenta dejar de usarla, en el peor de los casos, se presenta el coma y la muerte, por depresión respiratoria.

Debido a la alta tasa de mortalidad generada por este analgésico opiáceo, algunos países como Estados Unidos han puesto en marcha reformas para la regulación de este fármaco, en las cuales adicionan y derogan diversas disposiciones de la ley federal para el control de precursores químicos, productos químicos esenciales y máquinas para elaborar capsulas, tabletas y/o comprimidos; esto debido a la tensión diplomática que se ha venido presentando entre los gobiernos de México, china y Estados Unidos a raíz del consumo de fentanilo, al igual que las importantes implicaciones de salud pública que están ocurriendo en el país.

En Colombia, el fentanilo está regulado bajo la Ley 30 de 1986 y la Resolución 8050 de 1996 del Ministerio de Salud y Protección Social, que establecen las normas y requisitos para la producción, prescripción, dispensación y control de sustancias psicoactivas y estupefacientes, incluyendo el fentanilo; y actualmente de acuerdo al artículo 376 del código penal.

Esta droga cumple con los parámetros establecidos para ser penalizada en nuestro país, siempre y cuando sea procesada de manera ilícita y ponga en riesgo la vida de los individuos.

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