Cali, noviembre 18 de 2025. Actualizado: lunes, noviembre 17, 2025 11:15
Hay historias que sobreviven a generaciones enteras. Historias que se cuentan en voz baja, a media luz, como si al pronunciarlas se activara algo antiguo.
Una de ellas es esta: “si sientes que te jalan los pies en la noche, es un espíritu que quiere llamar tu atención”.
Muchas personas lo han vivido. Muchas más lo han escuchado. Y aunque suene a mito de pueblo, hay más capas de significado de las que imaginamos.
¿Es real? ¿Es simbólico? ¿Es energético? La respuesta, como en casi todo lo esotérico, no es simple. Pero sí es fascinante.
En muchas tradiciones antiguas —desde el espiritismo latinoamericano hasta ciertas ramas del hinduismo y del folclor europeo— se cree que los espíritus pueden interactuar con el cuerpo físico mientras dormimos. No para hacer daño, sino para llamar nuestra atención.
Para algunos médiums, esta sensación ocurre cuando la persona es más sensible a nivel espiritual.
La noche es el momento de mayor permeabilidad energética: la mente consciente se duerme, pero la mente sutil se abre. Si hay una presencia cerca, este sería su modo más sencillo de hacerse notar.
¿Prueba? No. Pero miles de testimonios en todo el continente describen el mismo fenómeno.
Para quienes creen en la energía del hogar, sentir que algo toca o hala los pies no es necesariamente un espíritu, sino un bloqueo vibracional.
Es decir: energía estancada, objetos que cargan memoria, habitaciones muy frías o casas donde se vivieron emociones fuertes.
Estas sensaciones suelen aparecer en casas donde: hubo peleas, enfermedades o duelos, hay objetos heredados, existen rincones sin luz o sin movimiento o se acumula demasiada energía emocional.
En estos casos, “el jalón de pies” sería un mensaje simbólico: algo en tu entorno quiere atención. Algo te pide “mírame”, “arréglame”, “muéveme”.
No es un fantasma, sino tu energía interior reflejándose en el espacio que habitas.
Aquí entramos en terreno psicológico. Existe un fenómeno llamado parálisis del sueño, en el que el cuerpo está dormido pero la mente está parcialmente despierta.
Durante este estado intermedio pueden aparecer sensaciones físicas muy reales: presión en el pecho, peso en el cuerpo, voces, sombras y sí… jalones en pies o piernas.
En parálisis del sueño, la mente crea una explicación simbólica para lo que siente. Y culturalmente, en nuestra región, esa explicación suele ser “un espíritu”.
No significa que no pase. Significa que el cuerpo intenta entenderlo a través de imágenes conocidas.
Hay momentos de la vida en los que el cuerpo dice lo que la boca no puede. Y muchas sensaciones nocturnas están relacionadas con: ansiedad, duelo, estrés, presiones familiares o acumulación emocional.
En esos casos, el “movimiento” que sientes puede ser un síntoma de tensión muscular, sobresaltos nocturnos o microespasmos que el cerebro interpreta como algo externo.
Pero en lo esotérico, nada es casualidad: si tu cuerpo te despierta así, quizá hay algo en tu vida que también está pidiendo ser soltado o atendido.
Y para muchos, la verdad está en el punto medio: existe una mezcla entre cuerpo, energía, memoria y percepción.
La respuesta más honesta es esta: algunas personas lo viven como experiencia espiritual, otras como experiencia física, otras como un mensaje emocional. Y todas las explicaciones son válidas.
Las culturas no inventan historias porque sí: las inventan porque miles de personas sintieron lo mismo.
Quizá los espíritus no jalan los pies literalmente. Quizá sí. Quizá lo que jala no es un fantasma… sino tu propia alma, pidiendo ser escuchada.
Porque, al final, lo paranormal no siempre está “afuera”: muchas veces está dentro de nosotros, tocando, moviendo, despertando… hasta que por fin prestamos atención.
*Este artículo fue elaborado por un periodista del Diario Occidente usando herramientas de inteligencia artificial.
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