Cali, octubre 7 de 2024. Actualizado: lunes, octubre 7, 2024 20:35

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Jenny Valencia Alzate, joven escritora en Oiga Mire Lea

Cuentos de ciudad perdida

Luis Ángel Muñoz Zúñiga
Especial Diario Occidente

“Cuentos de ciudad perdida” y Jenny Valencia Alzate, su autora, nos convocaron a leer en el Festival “Oiga Mire Lea” de la Biblioteca Departamental. Jenny Valencia Alzate, “Malicia Enjundia”, su seudónimo, es una joven escritora, spokenera y profesora de literatura, que desde muy niña llegó con su familia a Cali, procedente de Pereira.

Sus progenitores, Carlos Valencia y Luz Amparo Alzate: él compositor y cantante de música antillana, reconocido como “Viejo Swing” y, su madre, una fiel continuadora del linaje familiar de declamadores de poesía.

Jenny Valencia Alzate, en su infancia estuvo en contacto directo con la barriada, escuchó salsa y fue legataria de leyendas urbanas. Se hizo lectora desde los seis años, pasión cultivada al calor de las tertulias familiares, programadas en la biblioteca del hogar, con literatura colombiana, latinoamericana y autores con afines obras humanísticas.

Vocación e influencias

Jenny Valencia Alzate, desde que empezaba a deletrear historias infantiles, leía acompañada de sus padres, la tía y el primo. Confiesa cuáles fueron los autores que la marcaron de manera indeleble desde su adolescencia y juventud: Gabriel García Márquez, Eduardo Caballero Calderón, Julio Flórez, Rafael Pombo, Agatha Christie, Andrés Caicedo, Dostoievski.

Recuerda, también, que el primer género en que incursionó fue el epistolar, cuando a los 14 años y por encargo, escribió cartas de amistad y de amor.

Amplió su talento narrativo al estudiar literatura en la Universidad del Valle, simultáneamente hacía teatro en el Instituto Popular de Cultura, y centraba sus lecturas en las obras de Mario Benedetti y Edgar Allan Poe, hasta lograr su primer cuento e iniciar su carrera literaria, con narraciones sobre Cali, ciudad gótica tropical, con urbanismo y leyendas campesinas.

Escritora prolífica

Jenny Valencia Alzate, en el Festival Internacional “Oiga Mire Lea”, en la Biblioteca Departamental “Jorge Garcés Borrero”, presentó su más reciente libro: “Cuentos de ciudad perdida”. Amablemente, la joven autora, atendió esta entrevista del Diario Occidente y se refirió a los orígenes de su vocación, su obra literaria, las becas, los premios y sus libros, durante un poco más de diez años: “El diablo del barrio Obrero y otros de terror, Editorial Caza de Libros 2016; “Krónicas Ambulantes Malicia Zudaca”, coautoría con Harold Pardey, beca Estímulos Secretaría de Cultura de Santiago de Cali, 2017; “Buzirako Fútbol Klub”, Beca “Unidos por la Vida”, Secretaría de Cultura, 2020, para publicación de obra literaria; “Cuentos de ciudad perdida”, Editorial Taller Ambidiestro 2024.

-¿Premios acreditados?

Obtuve premios en los siguientes concursos: Nuevos Mitos y Leyendas de Santiago de Cali (Bibliored 2007); Tercer Concurso Nacional de Cuento Ministerio de Educación 2009; Premio Internacional de Cuento y Poesía, Universidad San Buenaventura 2012; Premio Nacional de Crónica, Revista I. letrada e Ideartes 2014; Premio de Cuento Escritores Autónomos, UAO 2017; Premio de Crónica Letras Confinadas, Red de Bibliotecas Públicas de Santiago de Cali, 2019; Premio nacional de Crónica Poéticas del Aislamiento, El Espectador 2020; Premio de Cuentos “Brasil de los sueños”, Ibracos y Embajada de Brasil 2022; Concurso Nacional de Escritura, Modalidad Cuento, Ministerio de Educación Nacional 2022; Colección de Autores Vallecaucanos “Jorge Isaacs”, 2023 (segundo Lugar).

– ¿Qué trae “Cuentos de ciudad perdida”?

“Cuentos de Ciudad Perdida”, es una publicación de Ambidiestro Taller Editorial, obra ilustrada por Andrea Gaitán, hace parte de la Colección La Calavera y La Orquídea, junto con el libro “Cuentos de lo raro” del escritor bumangués Fabián Mauricio Muñoz.

En “Cuentos de Ciudad Perdida” recopilo mis cuentos premiados en diferentes concursos literarios. Son narraciones de denuncia, inspiradas en el maltrato infantil, la muerte del padre, la pandemia, la banalidad del mundo del espectáculo, los tabúes familiares, los amores platónicos, la pobreza y la leyenda del diablo en Cali.

-¿ Y tus crónicas de viajes…?

Hace algunos años empecé a explorar la crónica literaria, las que escribí se enfocaron a mi encuentro, como mujer mestiza, con comunidades afros e indígenas de varios territorios de Colombia. Fue un descubrimiento muy significativo con diferentes cosmovisiones y problemáticas del país.

Tuve contacto con el mito originario y las festividades de los murui del Amazonas, el festival de tambores y algunas expresiones literarias de San Basilio de Palenque, el culto al fuego de una comunidad Hippi Kogui, las prácticas y creencias mágico religiosas de algunas poblaciones del Chocó, y así pude registrar una serie de testimonios, que con voces propias narran historias de sus comunidades, en esas crónicas expreso mis sensaciones y reflexiones resultado de esos encuentros.

Este trabajo está recopilado en “Krónicas Ambulantes Malicia Zudaca”, libro conjuntamente escrito con Harold Pardey, quien fue mi maestro en ese proceso de hacer crónicas sobre las expresiones culturales populares.

-¿Hay público lector receptivo?

Actualmente existen escritoras jóvenes que a mi juicio están haciendo aportes importantes. En poesía, por ejemplo, Alejandra Lerma, quien tiene una pluma virtuosa y toca temas inherentes a la feminidad: la menstruación, la vejez, la pérdida del padre, los amantes.

De otro lado está la gran cuentista Annie Montenegro, que bebe del legado de Juan Rulfo, pero que lo contextualiza en la realidad colombiana. En mi caso, siento gratitud hacia mis lectores que aprueban mi obra narrativa. Hay más escritoras, con quienes coincido en el tratamiento estilístico y la temática. Me llena que los adolescentes acojan mis textos y me sigan.

-¿Eres suertuda?

Desde que escribí mi primer cuento he tenido suerte de ganar premios, algo que facilitó mi carrera y me otorgó éxitos entre mis lectores. Los concursos coadyuvan con la difusión de las nuevas obras literarias, en las instituciones y entre los clubes de lectura.

También, esos mismos concursos, promueven los textos en la web. Reconozco que para el primer libro que publiqué recibí apoyo de parte de la Editorial Caza de Libros, que entonces publicaba autores emergentes y por esa razón le apostó a mis textos, posibilitando que me diera a conocer como nueva escritora en Colombia.

De otro lado, he tenido la posibilidad de ganar varias becas de estímulo para la publicación de mis obras literarias, algo que me permite aprovechar los presupuestos públicos que estimulan a los autores y sus obras literarias. En mi última publicación, la Editorial Taller Ambidiestro me propuso publicar todos mis cuentos premiados.


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