Cali, octubre 31 de 2025. Actualizado: jueves, octubre 30, 2025 23:16
 
                        La comunidad astronómica internacional descubrió que el cometa 3I/ATLAS es considerablemente más grande de lo que se creía al momento de su detección.
Este hallazgo, confirmado por un equipo internacional de astrónomos mediante observaciones del Very Large Telescope (VLT) de la ESO y el Nordic Optical Telescope.
Según las últimas mediciones, su masa supera los 33 mil millones de toneladas y su núcleo alcanza los cinco kilómetros de diámetro.
Por lo anterior, los expertos prevén que el 3I/ATLAS sería capaz de liberar cerca de 150 kilogramos de material por segundo a medida que se acerca al Sol, generando una envoltura brillante de gas y polvo visible incluso a millones de kilómetros.
Detectado el 1 de julio de 2025 por el telescopio ATLAS, el cometa se mueve a unos 60 kilómetros por segundo con respecto al Sol y sigue una trayectoria hiperbólica, lo que confirma su origen fuera del sistema solar.
Actualmente, se encuentra a 670 millones de kilómetros del Sol, dentro de la órbita de Júpiter, y alcanzará su punto más cercano el 30 de octubre, a 1.4 unidades astronómicas, justo dentro de la órbita de Marte.
Aunque la Nasa ha manifestado que no representa amenaza alguna para la Tierra —su distancia mínima será de 270 millones de kilómetros el 19 de diciembre de 2025—, 3I/ATLAS se ha convertido en un objeto de intensa observación científica.
Su cola de polvo de 25 mil kilómetros y el tono rojizo de su coma indican una composición rica en polvo y materiales similares a los observados en el cometa interestelar 2I/Borisov.
Sin embargo, su comportamiento reciente ha resultado desconcertante.
El Observatorio del Teide informó que el cometa ha mostrado cambios inesperados en su estructura a medida que se acerca al Sol.
La radiación solar habría provocado una mutación visible: su cola, que en un principio apuntaba en dirección opuesta a la esperada, se ha replegado y reorganizado, formando una nueva cola clásica.
Este fenómeno ha ayudado a explicar algunos de sus movimientos aparentemente anómalos.
Los astrónomos han detectado además una pérdida de masa atribuida a la desintegración de compuestos volátiles, principalmente dióxido de carbono (CO₂).
Este proceso estaría generando una actividad gaseosa irregular, incluso un “chorro gris” compuesto por níquel, hierro y agua, una mezcla inusual en cometas naturales.
Según investigadores de la Universidad de Oxford, 3I/ATLAS tiene entre 7.600 y 11 mil millones de años, lo que lo situaría entre los cuerpos más antiguos jamás observados.
Se cree que proviene del disco grueso de la Vía Láctea, una región habitada por estrellas envejecidas.
La Nasa y otras agencias espaciales continúan observando su evolución, con futuras campañas del Telescopio Espacial James Webb y el Hubble, mientras el misterioso cometa prosigue su breve visita antes de retomar su viaje hacia el espacio interestelar.
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