Cali, abril 24 de 2025. Actualizado: jueves, abril 24, 2025 09:51
En la lucha contra la grasa abdominal, muchas personas siguen dietas estrictas y rutinas de ejercicio sin lograr los resultados esperados.
¿La razón? El estrés crónico puede estar saboteando todo ese esfuerzo.
Diversos estudios han demostrado que altos niveles de estrés pueden dificultar la pérdida de grasa, especialmente en la zona abdominal. Pero, ¿Cómo ocurre esto?
Cuando estamos sometidos a situaciones de estrés prolongado, el cuerpo libera grandes cantidades de cortisol, una hormona esencial para la supervivencia en momentos de peligro, pero dañina cuando se mantiene elevada por mucho tiempo.
El problema es que el cortisol altera el metabolismo, favoreciendo el almacenamiento de grasa en la zona abdominal, incluso en personas que llevan una alimentación balanceada.
El exceso de cortisol estimula el apetito, especialmente por alimentos ricos en azúcar y grasas.
Este tipo de comida no solo proporciona una sensación momentánea de alivio emocional, sino que también contribuye al aumento de peso.
Lo más preocupante es que esta grasa visceral —la que se acumula alrededor de los órganos— no solo es difícil de eliminar, sino que también está relacionada con enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión y los problemas cardiovasculares.
Uno de los mayores obstáculos para perder grasa abdominal en personas con estrés crónico es el círculo vicioso que se genera.
El estrés provoca la acumulación de grasa, y el aumento de peso a su vez genera frustración, lo cual incrementa aún más el estrés.
Este ciclo constante impide que el cuerpo entre en un estado óptimo para quemar grasa de manera efectiva.
Además, cuando el estrés interfiere con el sueño —lo cual es muy común—, el cuerpo produce más grelina (la hormona del hambre) y menos leptina (la hormona que indica saciedad).
Esto significa que tendrás más antojos y menos control sobre tus decisiones alimenticias, lo que complica aún más la pérdida de peso.
Para lograr una quema de grasa abdominal efectiva, no basta con hacer ejercicio y comer bien.
Es fundamental incluir en la rutina diaria actividades que ayuden a reducir el estrés.
Si sientes que haces todo bien pero no logras eliminar esa molesta grasa abdominal, es hora de mirar más allá de la báscula y prestar atención a tus niveles de estrés.
El estrés crónico bloquea la quema de grasa abdominal al alterar tus hormonas, tu apetito y tu metabolismo.
Romper con ese patrón es posible, pero requiere un enfoque integral que incluya cuerpo y mente.
No subestimes el poder de la calma: tu cintura te lo agradecerá.
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