Cali, julio 10 de 2025. Actualizado: jueves, julio 10, 2025 21:43
Muchas personas siguen dietas estrictas, hacen ejercicio con regularidad y aún así no logran bajar de peso.
Este frustrante estancamiento puede deberse a una razón poco considerada pero muy poderosa: las emociones reprimidas.
La conexión entre la salud emocional y el cuerpo físico es más profunda de lo que parece, y entenderla puede ser clave para desbloquear tu proceso de transformación.
Las emociones reprimidas son sentimientos intensos como tristeza, rabia, miedo o culpa que no se expresan de forma saludable y que terminan “guardándose” en el cuerpo.
Aunque no se vean, estas emociones afectan el sistema nervioso, el metabolismo y la producción hormonal. A largo plazo, esto puede alterar el equilibrio del organismo y dificultar la pérdida de peso.
Cuando una emoción intensa no se libera, el cuerpo entra en un estado de estrés crónico. Esto activa el eje HPA (hipotálamo-hipófisis-glándulas suprarrenales), lo que incrementa la producción de cortisol, la hormona del estrés.
Un nivel alto de cortisol puede:
Este círculo vicioso hace que, aunque comas bien y te ejercites, tu cuerpo se resista a perder peso.
Muchas veces, las emociones reprimidas llevan a desarrollar lo que se conoce como hambre emocional: comer para calmar la ansiedad, la tristeza o el aburrimiento, en lugar de alimentarse por necesidad fisiológica.
Este patrón puede volverse inconsciente y repetitivo, creando un obstáculo constante para alcanzar un peso saludable.
La psicología somática y disciplinas como la psiconeuroinmunología han demostrado que el cuerpo almacena experiencias emocionales no resueltas.
Algunas señales de que tus emociones pueden estar afectando tu peso incluyen:
Superar esta barrera implica un enfoque más integral. Aquí algunos pasos para comenzar:
La pérdida de peso no siempre es una simple fórmula de calorías consumidas vs. calorías quemadas. A veces, es un proceso de sanación emocional, de liberar lo que pesa por dentro para que el cuerpo también lo refleje por fuera.
Si te sientes estancado en tu proceso, tal vez ha llegado el momento de mirar hacia adentro. Tus emociones podrían estar hablando… y tu cuerpo las está escuchando.
*Este artículo fue elaborado por un periodista del Diario Occidente usando herramientas de inteligencia artificial.
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