Cali, noviembre 11 de 2024. Actualizado: sábado, noviembre 9, 2024 01:43
En un nuevo comunicado sobre la tuberculosis, la Organización Mundial de la Salud manifestó la enfermedad ha resurgido como la principal causa de muerte por enfermedad infecciosa a nivel mundial.
Al respecto, expertos de la organización internacional indicaron que la enfermedad había sido superada en años recientes por la Covid-19, pero ahora muestra un incremento preocupante en los casos y desafíos significativos en su tratamiento y prevención.
Las cifras presentadas, indican que en 2023, aproximadamente 8.2 millones de personas fueron diagnosticadas con tuberculosis por primera vez, marcando un aumento respecto a los 7.5 millones del año anterior.
En total, se estima que 10.8 millones de personas contrajeron la enfermedad ese año.
Aunque las muertes disminuyeron ligeramente de 1.32 millones en 2022 a 1.25 millones en 2023, el aumento en nuevos casos indica que la situación sigue siendo crítica1.
La carga de la tuberculosis no se distribuye equitativamente.
Los 30 países con mayor incidencia concentran el 56% de los casos globales, siendo India, Indonesia, China, Filipinas y Pakistán los más afectados.
La enfermedad impacta desproporcionadamente a hombres (55%), mujeres (33%) y niños y adolescentes (12%) 1.
La tuberculosis multirresistente representa un desafío persistente.
Aunque las tasas de éxito en el tratamiento han alcanzado el 68%, solo el 44% de las personas diagnosticadas recibieron tratamiento adecuado en 2023.
Esto se agrava por la resistencia a los antimicrobianos, lo que complica aún más el manejo de la enfermedad1.
Por primera vez, el informe estima que la mitad de los hogares afectados enfrentan costos catastróficos al intentar acceder al diagnóstico y tratamiento de tuberculosis.
Estos costos son especialmente gravosos para aquellos que ya viven en condiciones vulnerables.
Factores como la desnutrición, el VIH y otros problemas sociales como la pobreza contribuyen al aumento de nuevos casos.
La investigación sobre tuberculosis sigue estando gravemente infrafinanciada.
En 2022, solo se alcanzó una quinta parte del objetivo anual de cinco mil millones de dólares para el desarrollo de nuevos diagnósticos, medicamentos y vacunas.
Esta falta de inversión limita los avances necesarios para reducir la carga de la enfermedad y mejorar las tasas de tratamiento1.
La OMS ha hecho un llamado urgente a los gobiernos y socios internacionales para que intensifiquen sus esfuerzos en la lucha contra la tuberculosis.
La combinación de déficits financieros, cambios climáticos y otros factores externos complica aún más la erradicación de esta enfermedad.
La colaboración multisectorial es esencial para abordar esta crisis global y garantizar que se tomen medidas efectivas para proteger a las poblaciones más vulnerables.
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que afecta principalmente los pulmones, aunque puede impactar otras partes del cuerpo.
A pesar de ser una enfermedad tratable y prevenible, la TB sigue siendo un problema significativo de salud pública en muchas partes del mundo.
Este artículo explora cómo se transmite la tuberculosis, los factores que contribuyen a su propagación y las estrategias para su prevención.
La tuberculosis se transmite de una persona a otra a través del aire.
Cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, libera pequeñas gotas que contienen la bacteria.
Si otra persona inhala estas gotas, puede infectarse.
Es importante destacar que no todos los que inhalan la bacteria desarrollan la enfermedad; muchos pueden permanecer asintomáticos, lo que se conoce como infección latente.
La transmisión de la TB es más probable en entornos cerrados y mal ventilados, donde las personas pasan mucho tiempo juntas.
Las poblaciones en riesgo incluyen a aquellas que viven en condiciones de hacinamiento, como prisioneros, refugiados o residentes de hogares de cuidado.
Además, factores como el sistema inmunológico debilitado, el VIH/SIDA, la desnutrición y el consumo de tabaco aumentan la probabilidad de desarrollar TB activa.
La propagación de la tuberculosis se ve influenciada por varios factores socioeconómicos y culturales.
La pobreza, la falta de acceso a servicios de salud, la educación deficiente sobre la enfermedad y el estigma asociado a la TB son obstáculos significativos para su control.
En muchas comunidades, la falta de diagnóstico precoz y tratamiento adecuado permite que la enfermedad se propague de manera silenciosa y sostenida.
Además, la resistencia a los medicamentos es un problema creciente en el tratamiento de la TB.
La TB multirresistente (TB-MDR) y la TB extremadamente resistente (TB-XDR) se han convertido en retos importantes, complicando los esfuerzos de tratamiento y aumentando el riesgo de transmisión.
La prevención de la tuberculosis se basa en una combinación de estrategias.
La vacunación con la vacuna BCG (Bacilo Calmette-Guérin) puede ofrecer cierta protección, especialmente en niños.
Sin embargo, el enfoque más efectivo radica en el diagnóstico temprano y el tratamiento de las personas infectadas.
Las campañas de sensibilización son cruciales para educar a las comunidades sobre los síntomas de la tuberculosis, como la tos persistente, la fiebre y la pérdida de peso.
El acceso a pruebas diagnósticas y tratamientos gratuitos o de bajo costo es esencial para controlar la propagación de la enfermedad.
La mejora de las condiciones de vida y de salud pública, así como la promoción de la ventilación en espacios cerrados, también juegan un papel fundamental en la prevención de la TB.
La colaboración entre gobiernos, organizaciones no gubernamentales y comunidades es clave para abordar los factores subyacentes que facilitan la transmisión de esta enfermedad.
La tuberculosis sigue siendo un desafío de salud pública que requiere atención continua.
Comprender cómo se transmite la enfermedad es fundamental para implementar estrategias efectivas de prevención y control.
La lucha contra la tuberculosis no solo implica tratar a los enfermos, sino también abordar los determinantes sociales y económicos que perpetúan su propagación.
Con un enfoque integral y colaborativo, es posible reducir la incidencia de esta enfermedad y avanzar hacia un futuro más saludable.
Fin de los artículos
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