Cali, octubre 7 de 2024. Actualizado: lunes, octubre 7, 2024 20:35
La impotencia sexual, o disfunción eréctil, afecta a millones de hombres en todo el mundo y, aunque comúnmente se asocia con el envejecimiento o problemas de salud evidentes como la diabetes o las enfermedades cardíacas, existen otras causas menos conocidas que pueden estar afectando tu rendimiento sexual.
A continuación, exploramos cinco razones sorprendentes detrás de la impotencia que quizás no habías considerado.
Aunque se conoce principalmente por su papel en la salud ósea, la vitamina D también tiene un impacto significativo en la función sexual masculina.
Un estudio realizado en Italia descubrió que los hombres con deficiencia de vitamina D tenían un 32% más de probabilidades de sufrir disfunción eréctil.
La vitamina D ayuda a regular los niveles de óxido nítrico, un compuesto clave en la relajación de los vasos sanguíneos que permite que se produzca una erección.
Si no estás obteniendo suficiente sol o no consumes alimentos ricos en vitamina D, podrías estar afectando tu vida sexual sin saberlo.
Aunque montar en bicicleta es una excelente forma de ejercicio, pasar demasiado tiempo en el sillín puede afectar tu capacidad para mantener una erección.
El asiento de la bicicleta puede ejercer presión sobre los nervios y los vasos sanguíneos en la región pélvica, lo que podría dificultar el flujo sanguíneo al pene.
Los ciclistas de larga distancia y aquellos que pasan horas al día en la bicicleta son más propensos a experimentar este problema.
Si te gusta montar en bicicleta, considera usar un asiento diseñado para aliviar la presión en el área perineal y evita pasar demasiado tiempo sin hacer pausas.
El sueño juega un papel crucial en la regulación de las hormonas que controlan el deseo sexual y el rendimiento.
La apnea del sueño, por ejemplo, es una condición en la que la respiración se interrumpe durante el sueño, lo que reduce los niveles de oxígeno en el cuerpo y puede llevar a una disminución de la testosterona.
Además, la falta de sueño de calidad está relacionada con un aumento de los niveles de estrés y fatiga, lo que afecta directamente la función sexual.
Si tienes dificultades para dormir o sospechas que podrías tener apnea del sueño, es importante abordar estos problemas para mejorar tu salud sexual.
Aunque el estrés y la ansiedad son causas comunes de la impotencia, una forma específica de ansiedad puede ser especialmente problemática: la ansiedad de rendimiento.
Esta ocurre cuando un hombre se siente presionado para “rendir” bien durante el acto sexual, lo que genera nerviosismo y puede hacer que sea más difícil lograr o mantener una erección.
La preocupación constante por complacer a tu pareja o cumplir con expectativas puede sabotear tu capacidad para relajarte y disfrutar del sexo.
La solución radica en mejorar la comunicación con tu pareja, buscar apoyo emocional o incluso recibir terapia si es necesario.
Algunos productos químicos a los que estamos expuestos en la vida diaria pueden tener efectos negativos en la función sexual.
Los ftalatos, sustancias químicas que se encuentran en muchos productos de plástico, cosméticos y envases, han sido vinculados con la reducción de los niveles de testosterona y problemas de fertilidad.
Asimismo, la exposición prolongada a pesticidas o metales pesados, como el plomo, puede afectar la salud hormonal y llevar a problemas de impotencia.
Limitar la exposición a estos productos, optar por alternativas más naturales y mantener un entorno saludable puede ser clave para proteger tu función sexual.
* Este artículo fue elaborado por un periodista del Diario Occidente usando herramientas de inteligencia artificial.
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