El Concejo de Cali se quedó sin figuras

Por: Mauricio Ríos Giraldo

Fernando Tamayo y Juan Martín Bravo dejaron un espacio en el Concejo de Cali que hasta ahora nadie ha podido llenar.

En el periodo pasado, los dos exconcejales, hoy destacados funcionarios de la Gobernación del Valle -el primero como director de la Biblioteca Departamental y el segundo como subsecretario de Emprendimiento y Desarrollo Empresarial- eran, junto a Roberto Ortiz, las caras más visibles de la corporación…

Tamayo y Bravo generaban noticias permanentemente, porque tomaban posiciones claras y demostraban gran facilidad para conectar con los temas de interés de los caleños.

Sin embargo, transcurridos casi seis meses del inicio del periodo 2024 – 2027, en el Concejo no hay una figura que mueva la opinión y que se proyecte más allá del hemiciclo y de su nicho electoral.

Si bien algunos concejales se destacan entre la manada, hasta el momento ninguno –ni de los nuevos ni de los repitentes- ha logrado posicionarse como un referente de la corporación ante la ciudad.

Los concejales están trabajando y a diario salen noticias desde la corporación, pero la desconexión con los caleños es cada vez más evidente y, si bien esto no es nuevo, en lo corrido del actual periodo se ha vuelto crítico.

Más extraño aún es que mientras varios de los nuevos se comportan más como youtubers que como concejales –felices haciendo videos-, los repitentes cayeron en un enmudecimiento que no concuerda con su experiencia, ¿por qué?

El actual Concejo apenas cumplirá su primer semestre en funciones, todavía hay tiempo para que alguno o varios se posicionen ante los caleños y asuman la vocería que supieron ganarse Fernando Tamayo y Juan Martín Bravo en el periodo pasado.

Las corporaciones públicas necesitan que sus miembros sean referentes, que influyan en la opinión pública y generen confianza. De lo contrario, estarán siempre a la sombra del gobierno de turno.

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