Gustavo Álvarez Gardeazábal

Crónica de Gardeazábal

Vuelve la guachafita

Gustavo Álvarez Gardeazábal

No les importa que el país ande congestionado encontrándose a sí mismo en sus afugias económicas. No es de su incumbencia que los colombianos no hallemos donde escondernos en la siempre enloquecida carrera por huir del covid 19. Menos que les preocupa que los que se quebraron no puedan levantarse,que los sobrevivientes del crash económico teman por una nueva parálisis de carreteras y ciudades o que las convocatorias callejeras lleven al despojo de los tapabocas y el contagio aumente inevitablemente.

Nada de eso resulta ser motivo para suspender la guachafita debidamente programada (como todas las anteriores) para terminar un 21 de mes, con la ilusa “gran protesta nacional”. A ellos les sigue interesando tumbar al gobierno a punta de marchas, de bloqueos,de enfrentamientos callejeros.

Y como el gobierno es tan malo,pero tan malito y la situación que se vive resulta muy fácil achacársela al director del magazín de televisión de las 6 de la tarde, insisten en armar escalonadamente lo que de manera callada pero muy rígida se comprometieron en efectuar en algún momento ,siguiendo la idea leninista,la misma que sobrepone cualquier sentimiento humano o patriótico,así haya sido revaluada y juzgada equivocada 100 años después que permitió la revolución rusa y la caída de los zares.

Para este 10 de octubre se está convocando por videos bastante bien hechos y que circulan por las redes sociales, a otro plantón y otra marcha indígena lo que lleva al cierre de la carretera que de Cali se usa para ir a Popayán y Pasto. Y como la paciencia de los indígenas es mayúscula,todo está previsto para que llegue hasta el día 21,cuando se pretende hacer la gran convocatoria nacional de protesta.

Para acompañarles en esa batalla contra el mal gobierno y la ilusión de derrocarlo con marchas desordenadas pero curiosamente ausentes de un líder que las convoque y las dirija,los maestros pararán 20 y 21 y se está tratando que los sindicatos estatales y los camioneros hagan lo propio.

Los organizadores, que no dan la cara pero dirigen y arman esta nueva guachafita sinfín, confían en que hasta los estudiantes, arrinconados por el Covid frente a las pantallas del computador educándose a distancia,salgan el 20 y el 21 en plan de esparcimiento, antes que convencidos del éxito que las marchas puedan tener.

Ojalá el gobernante se convenciera que gobierna muy mal y quienes aspiran a tumbarlo acepten que trastornando la vida nacional no podrán hacerlo.

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