¿Cuál es el interés de seguir patrocinando los viajes de pasajeros en aviones si está siendo demostrado que el covid viaja en las cabinas de esos aviones? Y, ¿ por qué no nos dicen la verdad sobre el misterio de los contratos de la adquisición de las vacunas y los impedimentos legales que se tienen para poderlos finiquitar?
No estoy ni exagerando ni generando el pánico, estoy protestando porque siguen utilizando el tape-tapen regidos con el criterio cruel y despiadado del obeso perverso de que para salvar el turismo y las aerolíneas no importa que se mueran varios miles más de covid o que las vacunas se demoren mientras encuentran al vendedor que tercerice la compra y así poder saltar el obstáculo santanderista que una ley de la nación les pone.
Ya sabíamos que montarse en un ascensor con más de 6 personas es un riesgo aunque los 6 ocupantes lleven tapabocas. Conque hablen basta para que los aerosoles dispersen el bicho. Lo mismo pensábamos de los aviones y mucho mas cuando por no cerrar El Dorado en marzo y permitirle a Avianca una ayudita, dejaron entrar la avalancha de covid.
Lo volvimos a temer cuando el juez obligó a que se exigiera certificado de PCR a todos los viajeros del exterior y no le obedecieron. Pero el martes, cuando la vertical Secretaria de Salud de Valle, la doctora Lesmes dijo que “en pruebas realizadas el día anterior a 42 pasajeros de avión que llegaron a Cali, uno de cada ocho, dio positivo”, el pánico comenzó a correr y, obviamente, los medios y el gobernante a esconder, a tapara, tapar y seguir tapando la noticia.
De la misma manera se sabe ya que los contratos para la compra de las vacunas de Pfizer y AstraZeneca no se han podido firmar porque los jurídicos de la Casa de Nariño y de la Contraloría no han encontrado como derogar las disposiciones contenidas en la ley 2014 del año 2019 y el decreto 1358 que la reglamentó prohibiendo que el estado colombiano firme contratos con empresas extranjeras que hayan sido sancionadas en alguna parte del mundo por corrupción.
Y como entre ellas están las dos que ofrecen la vacuna, si van y firman hasta el Contralor los puede sancionar aunque use la pereirana formulita del tapen-tapen de decir que dizque hay confidencialidad exigida por los vendedores. Es decir que están buscando un tercero que les revenda la vacuna al estado colombiano.
¿Entendieron mis lectores y oyentes por qué estamos como estamos y esto se va a poner peor?
Comments
Fin de los artículos
No hay más artículos para cargar