Resistencia al cambio

Héctor De los Ríos L.

La página evangélica de este domingo (San Marcos 7, 1-8.14-15.21-23), nos relata el conflicto con los fariseos por causa del comportamiento de los discípulos. Lo que Jesús reprocha es que añadan, por cuenta propia, \”tradiciones de los hombres\” al \”mandamiento de Dios\”. Jesús fundamenta la pureza o impureza del ser humano en lo profundo del corazón.

Pero, ojo, un buen corazón no es capaz por sí solo de liberar espíritus inmundos, ni de poner fin a la lepra o curar hemorragias. Según los Evangelios, el bien es Don del Espíritu  Santo. Por tanto, en Jesús y a través de Él, actúa el Espíritu Santo, y ahí está la fuente de la pureza. Nada de \”logros\” morales o ascéticas individualistas. La presencia de Dios en Jesús irradia y contagia a todo el que entra en contacto con Él.

Jesús quiere el corazón ardiente, el amor sin reservas, a Él no le preocupa tanto la perfección de las reglas de conducta, sino la total entrega de la persona a Dios. Jesús de Nazaret es el misionero del primer mandamiento: \”amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas\”.

El sábado 8 se celebra la Natividad de la Virgen María. En Cali es la fiesta de Nuestra Señora de los Remedios, patrona de la Arquidiócesis.

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