Cali, mayo 17 de 2022. Actualizado: martes, mayo 17, 2022 01:57
La propuesta hecha por el presidente Iván Duque para que las víctimas de la violencia tengan representación en el Congreso de la República es sensata, pues plantea un modelo mucho más justo y oportuno que el concebido en la negociación hecha por el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos y las Farc.
Duque reconoce la importancia de que las víctimas de la violencia, indiferentemente de quien haya sido su victimario, tengan representación política, y para ello plantea que las curules para esta población se creen sin que “se deba incurrir en nuevos gastos para el erario, sino que debe quedar incluida entre las curules actuales”. En la anterior propuesta las sillas para las víctimas se le adicionaban al Congreso.
Allí acierta el presidente Duque, pues sería un error seguir expandiendo el Congreso, que ya tiene 280 curules, de las cuales doce fueron adicionadas en este periodo.
En una posición contradictoria, algunos congresistas de la oposición han salido a rechazar esta iniciativa y a reclamar que las sillas para las víctimas sean adicionales, ¿para qué más curules? Si en verdad los partidos políticos están dispuestos a darles representación a las víctimas en el Congreso, deben, de manera generosa, ceder esos 16 espacios.
El otro acierto de esta nueva propuesta es que las curules no se limitarían a víctimas de los territorios con influencia de las Farc, sino que podrían aspirar a ellas todas aquellas personas que hagan parte del censo nacional de víctimas, sin que importe quien es su victimario ni tampoco su lugar de origen y residencia.
Ya los victimarios tienen representación en el Congreso. La propuesta del presidente Duque permitiría equilibrar la balanza y darles voz y voto a quienes llevaron la peor parte en la violencia vivida por nuestro país.
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