Cali, abril 22 de 2025. Actualizado: martes, abril 22, 2025 09:48
Durante su intervención en la Cumbre Mundial del Ambiente de las Naciones Unidas, COP27, que se realiza en Egipto, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, pidió al mundo acabar con el consumo de hidrocarburos, para lo cual propuso una desconexión inmediata del petróleo, el carbón y demás combustibles.
Que el mandatario haya sustentado semejante despropósito ante la comunidad internacional es una pésima noticia para nuestro país, pues confirma que el desmonte del sector minero energético es un propósito del gobierno nacional y que más temprano que tarde Colombia comenzará a sufrir los efectos de esta política.
El mundo debe virar hacia las energías limpias, sí, pero hacerlo como lo plantea Petro no sólo es irresponsable, sino también peligroso.
La migración del petróleo, el gas y el carbón hacia otro tipo de fuentes energéticas tiene que ser gradual y progresiva; por lo tanto, hacerla como lo pide el presidente colombiano, equivaldría a apagar el planeta, porque sencillamente nuestro país y el mundo no cuentan con suficiente infraestructura para producir energías limpias.
Afortunadamente, Gustavo Petro no decide por el mundo, y cada gobernante tendrá que tomar las decisiones en su país, pero infortunadamente para Colombia, aquí sí es él quien decide, y si avanza en su propósito, antes de que termine su gobierno nuestro país perderá la soberanía energética.
Pero allí no termina el problema: el sector minero energético representa casi el 40% de los ingresos de Colombia.
¿Qué va a pasar cuando el país deje de percibir estos recursos? No se trata, entonces, sólo de ver con qué se reemplazarán los combustibles que mueven el transporte y la industria nacional, sino también de establecer nuevas fuentes de ingresos.
Pero aquí no tenemos ni lo uno ni lo otro, sólo la obsesión presidencial de acabar con el sector minero energético.
Foto: Pixabay
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