Cali, marzo 26 de 2025. Actualizado: miércoles, marzo 26, 2025 21:24
Que desde una campaña se planee como “quemar” a los demás candidatos, muestra la decandencia de nuestro debate político.
El video de una reunión en la cual la senadora electa Isabel Zuleta, del Pacto Histórico, habla de acciones realizadas para “quemar” al candidato presidencial Sergio Fajardo y anuncia otras contra el también candidato presidencial Federico Gutiérrez, amerita una reflexión profunda sobre la campaña sucia y sus implicaciones.
Lo que se ha visto en la presente contienda por la Presidencia de la República, y cada vez con mayor insistencia, son estrategias basadas en destruir la imagen de los contendores. Cuando se espera que cada campaña se dedique a darles a los colombianos razones para que voten por su candidato, se encuentran abundantes ejemplos de cómo lo que pretenden es mostrarles porqué no deben votar por las otras opciones.
En su afán de hacerse elegir, los candidatos, sus aliados y sus estrategas parecen no medir los efectos de sus estrategias, con las que enardecen los ánimos y generan más conflictos y más divisiones. ¿Si tienen que incendiar el país para ganar, lo hacen? Cualquier persona en su círculo familiar y de amigos puede medir el nivel de tensión al que se ha llegado por cuenta de la campaña sucia.
Hoy el país está atrapado entre estrategias que buscan excerbar el miedo y el odio, y, en medio de esas grandes fuerzas, la verdad, la razón y el respeto por la opinión contraria parecen no tener lugar.
Las campañas están dedicadas a azuzar a la masa y el resultado de algo así no puede ser positivo, pues gane quien gane en medio de este clima, va a tener que gobernar un país envenenado y dividido, difícil de reconciliar. Así no es.
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