En un debate realizado por Noticias Caracol y La Silla Vacía, los cinco precandidatos presidenciales del Pacto Histórico afirmaron que en Colombia no hay democracia, afirmación que se cae por su propio peso y constituye una contradicción, pues ellos, precisamente, están participando en un proceso democrático.

Los aspirantes a gobernar el país deben ser responsables y no pueden lanzar afirmaciones sin fundamento que sólo sirven para enrarecer el ambiente y generar más polarización. Estimular la indignación ciudadana para capitalizarla electoralmente es una estrategia que da votos, pero que genera daños profundos, pues estimula la desconfianza ciudadana frente a las instituciones y crea grietas en la sociedad que impiden el trabajo en unidad.

¿Acaso los candidatos no conocen las diferencias entre una dictadura y una democracia? Si no lo tienen claro, pueden hablar con cualquiera de los venezolanos que piden limosna en los semáforos de las ciudades colombianas, ellos podrán explicarles que el régimen totalitario está del otro lado de la frontera y que por eso migraron a nuestro país, en busca de las oportunidades que perdieron, porque se las quitó el chavismo, con el que simpatizan algunos de los precandidatos colombianos que hoy aseguran que aquí hay una dictadura.

Colombia es una democracia y, aunque sea imperfecta, como todas, es la más sólida de toda América Latina y, como tal, el principal deber político de sus ciudadanos y sus dirigentes políticos es conservarla.

En ese sentido, los colombianos deben analizar muy bien lo que plantean los candidatos, pues la verdadera dictadura podría llegar si, por error, es elegido presidente alguien que restrinja las libertades políticas y económicas. Eso fue lo que pasó en Venezuela.

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