La posible exigencia del carné de vacunación para ingresar a bares, discotecas, el estadio y eventos masivos en Cali, planteada por el alcalde Jorge Iván Ospina, es sensata y necesaria.

Colombia ha avanzado en la vacunación contra el covid-19, pero aún miles de personas que, por edad o comorbilidades, ya deberían tener su esquema completo, no han acudido a los puestos de inmunización porque le siguen dando mayor credibilidad a la desinformación sobre las vacunas que a las evidencias que muestran la seguridad y la efectividad de los biológicos.

La evidente reducción en los casos y las muertes por este virus en Colombia es producto del avance en la vacunación, pero esta tendencia a la baja puede revertirse por cuenta de los antivacuna, que podrían propiciar un cuarto pico de contagios y fallecimientos. Es precisamente por esto que el planteamiento del alcalde de Cali es válido y debe implementarse, pues ante la proximidad de eventos masivos y la llegada de las festividades de fin de año, el covid-19 podría acelerar de nuevo su velocidad de contagio en la ciudad si se permite la presencia de no vacunados en bares, discotecas, conciertos y similares.

A estas alturas del proceso de inmunización, quien no se ha vacunado es porque no ha querido, Colombia tiene una alta disponibilidad de vacunas de todas las farmacéuticas y quien no quiera perderse los eventos por venir, está a tiempo de aplicarse la vacuna para no exponerse ni exponer a otros al contagio, la enfermedad grave y la muerte por covid-19.

Se equivocan quienes argumentan que exigir la vacuna para ingresar a este tipo de establecimientos y eventos sería volverla obligatoria. La decisión de recibir el inmunizante seguirá siendo estrictamente personal, pero es necesario tomar medidas que eviten que la pandemia se vuelva a salir de control.

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