Cali, marzo 28 de 2024. Actualizado: jueves, marzo 28, 2024 00:21
A lo largo y ancho del país comenzaron a inscribirse comités de revocatorias del mandato, tema sobre el que vale la pena reflexionar, pues en la actual coyuntura resulta no solo inconveniente, sino también oportunista.
Si bien se trata de un mecanismo democrático a través del cual la ciudadanía puede determinar la continuidad de un gobernante, hay razones de fondo que muestran que estos procesos en medio de los problemas de la pandemia, solo traerían más dificultades.
Las revocatorias se basan en el incumplimiento de los programas de gobierno, y es claro que, debido a la pandemia, el grueso de los gobernantes, por no decir que todos, tuvieron que dejar en pausa muchas de las propuestas por las que fueron elegidos, para dedicarse a la atención de los problemas sanitarios, económicos y sociales ocasionados por la aparición del covid-19, que llegó a nuestro país cuando los alcaldes no habían cumplido ni siquiera tres meses en sus cargos. Por lo tanto, es inexacto e injusto hablar de incumpliento, cuando fue un asunto de fuerza mayor el que cambió los planes de los gobernantes y de todos.
Otra razón por la que es inconveniente promover revocatorias en este momento es porque este tipo de procesos distrae a los mandatarios y a sus equipos, pues los lleva a asumir su defensa, cuando la prioridad es y debe seguir siendo la atención de la pandemia, para contener los contagios, evitar muertes y sacar adelante la economía.
Y, finalmente, en medio de las afugias financieras, sería absurdo que el Estado tuviera que gastar miles de millones en las revocatorias que lleguen a la fase electoral, cuando hay tantas necesidades por atender, fruto de la pandemia. Los promotores de estos procesos deben reflexionar y actuar con responsabilidad.
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