Hasta el momento se han confirmado casos de Covid-19 en 24 de los 42 municipios del Valle del Cauca; en 18 localidades aún no hay casos de coronavirus.

Estas 18 poblaciones son de las más pequeñas y apartadas de la capital vallecaucana y no cuentan con la infraestructura de salud necesaria para atender oportunamente un brote de la enfermedad, por lo tanto se deben hacer los máximos esfuerzos para que el coronavirus no llegue a ellas.

Sin embargo, preocupa que la indisciplina que se ha visto en Cali y en las ciudades intermedias del Departamento se traslade a estos municipios que, hasta el momento, han logrado mantenerse a salvo de la pandemia. En varias de estas localidades sus autoridades o ciudadanos espontáneos instalaron barricadas para impedir el ingreso de foráneos.

Si a partir del 27 de abril se levantan algunas restricciones, es necesario que se adopten medidas que impidan un flujo descontrolado de personas hacia esos municipios libres de Covid-19, pues la mayoría de ellos son turísticos y podría producirse una desbandada de visitantes.

En ese sentido, en el caso de los municipios sin Covid-19, se deberían instalar retenes permanentes en sus ingresos para saber quién entra y quién sale, e impedir el paso de quienes transiten con fines recreativos.

Es necesario que los caleños y los vallecaucanos entiendan que el levantamiento del aislamiento obligatorio no equivale al fin de la pandemia y que, por el contrario, una nueva fase en la que se flexibilicen las restricciones para posibilitar la reactivación económica, exige un comportamiento aún más responsable de cada persona, y si esto no se logra y las personas van y vienen sin medidas de prevención, se echará a perder lo ganado durante el confinamiento y la situación se saldrá de control.

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