La situación de la salud solo se resolverá si se pone fin al desorden administrativo que reina en el sistema..

La crisis del sistema de salud colombiano está siendo atendida de manera coyuntural, mas no estructural; se está atendiendo con calmantes, que brindan un bienestar momentaneo, una enfermedad que requiere una cirugía de alta complejidad.

Para entender la situación basta ver lo que está ocurriendo en Cali con el Hospital Universitario del Valle, HUV, y la Clínica Rafael Uribe Uribe. En el caso del primero, por todos lados se buscan recursos que permitan superar las dificultades financieras y asegurar su funcionamiento, y en el caso de la segunda se encontró un operador nuevo que la reabriría a partir del 16 de octubre. Son soluciones coyunturales que permitirán que los centros asistenciales sigan funcionando, pero, si no se hace un trabajo de profundo, en poco tiempo la crisis reaparecerá.

En el fondo el problema de la salud en Colombia se debe a un gran desorden administrativo; estructuralmente, desde el punto de vista financiero, la salud debería funcionar, el régimen contributivo inyecta recursos al sistema todo el tiempo, que los empleados y las empresas pagan por anticipado, pero, paradógicamente, el argumento para el cierre de clínias y hospitales siempre es: “no hay plata”.

Esto prueba que las dos enfermades que afectan el sistema de salud colombiano son la mala administración y la corrupción; en la mayoría de los casos no se saben manejar los recursos o son desviados a negocios particulares (usualmente de políticos), y en los casos más críticos se da una mezcla de las dos cosas.

¿Por qué el Gobierno Nacional no le mete la mano al tema y ordena administrativamente el sistema de salud? ¿Será porque a los beneficiarios del desorden administrativo no les conviene? Porque plata para la salud sí hay, pero en los bolsillos de los corruptos.

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