Cali, marzo 15 de 2025. Actualizado: sábado, marzo 15, 2025 08:50
La pérdida de empleo formal es uno de los mayores estragos que la pandemia del covid-19 le ha dejado a Colombia. El más reciente reporte del Dane, con corte al 31 de julio, indica que la tasa de desempleo en nuestro país llegó a 20.1%, lo que equivale a 4.1 millones de personas sin trabajo.
Si se considera que las cifras oficiales no registran el trabajo informal, que también se ha perdido considerablemente desde marzo, se tiene una preocupante situación que requiere medidas urgentes y de largo plazo. El primer objetivo debe ser evitar que se siga perdiendo el empleo formal. En ese sentido, es necesario que se mantenga el subsidio a la nómina y que se piense en otro tipo de ayudas para las empresas, condicionando estos beneficios, claro está, a que conserven su planta de trabajadores.
Si bien desde el pasado martes se dio la reapertura del 99% de las actividades, por un buen tiempo la demanda de productos y servicios no será la misma que había antes de la pandemia, pues muchas personas conservarán el aislamiento preventivo por decisión propia y, la razón más importante, porque el poder adquisitivo está afectado.
Las empresas y negocios de todos los tamaños que resistieron la primera fase, posiblemente no aguanten la reapertura sino reciben una ayuda que les compense de alguna manera la afectación del mercado. Hay que seguirles dando oxígeno a las empresas.
De igual forma, es necesario estimular la creación de nuevos empleos, con incentivos para la inversión privada y con estímulos y créditos para las obras públicas, que generan tantos puestos de trabajo.
La recuperación del empleo debe ser un propósito nacional prioritario, pues si se deja avanzar, crecerá como una bola de nieve que sumirá al país en una crisis de efectos inimaginables.
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