El problema de las motos en Cali no es la cantidad de estos vehículos que circulan en la ciudad; sino la actitud de irrespeto por las normas viales con las que muchos motociclistas salen a las calles. Lo mismo ocurre con conductores de carros de servicio público y particulares, con ciclistas y con peatones. Es un problema cultural.

Esta reflexión viene a colación por la polémica que se suscitó hace pocos días ante el anuncio del secretario de Tránsito, Alberto Hadad, de la posible implementación del pico y placa para motocicletas si los conductores de estos vehículos no mejoran su comportamiento en las vías.

Poco duró el debate, pues el alcalde Rodrigo Guerrero, con sobrada razón, descartó la implementación de la medida, pues el objetivo de esta restricción no es castigar a quienes se movilizan en determinado tipo de vehículo, sino regular el tráfico cuando el exceso de los mismos rebasa la capacidad vial de una ciudad y dificulta la movilidad.

Lo que debe hacer Cali es seguir avanzando en el proceso de control emprendido por la Secretaría de Tránsito, que ya empieza a mostrar algunos cambios de actitud positivos por parte de los actores viales de la ciudad.

Paradójicamente, en los cursos a los que acuden para obtener descuentos en las multas, la gran mayoría de los infractores demuestra conocimiento de las normas y señales de tránsito. Ahí es inevitable preguntarse: ¿si las conocían, por qué las violaron? Sin duda, de fondo hay un problema cultural que sólo podrá superarse si se persiste y se avanza en la aplicación de la autoridad, pues con lo visto a partir de la implementación de las cámaras de fotomultas, está claro que el temor a la sanción sí lleva a los conductores a asumir una actitud responsable.

El proceso va por buen camino. En la medida en que sea más difícil evadir el control de las autoridades de tránsito, se creará un hábito de respeto por las normas viales en los conductores de la ciudad. Vale la pena ir pensando en acciones similares con los peatones, que también son actores viales y con su imprudencia pueden poner en riesgo sus vidas y las de otros.

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