Cali, marzo 22 de 2023. Actualizado: martes, marzo 21, 2023 23:29
Crear vicealcaldes y vicegobernadores no le aporta nada al sistema político colombiano, solo crea más burocracia.
Cuando se habla de reformas constitucionales, se supone que se habla de ajustes a las normas y a estructura del Estado para mejorarlo en algún aspecto, como la salud, la justicia o la política.
Sin embargo, cuando se han emprendido proyectos de este tipo en nuestro país, en la mayoría de los casos el remedio ha resultado peor que la enfermedad y, por esta razón, cada gobierno llega a tramitar ante el Congreso varias reformas para tratar de corregir los daños ocasionados por reformas anteriores.
Esta reflexión surge a raíz de lo que está ocurriendo con la reforma política, un proyecto que es un completo Frankenstein al que cada actor del proceso pretende agregarle o quitarle artículos a su conveniencia, sin que se midan los efectos que estos cambios puedan tener en la institucionalidad y la democracia en el largo plazo.
Así, por ejemplo, surgieron propuestas como el alargamiento del mandato de los actuales alcaldes y gobernadores, que afortunadamente no prosperaron, pero, como el proyecto de reforma va a medio camino y aún se le pueden incorporar artículos, se propuso como “brillante idea” la creación de las figuras de vicealcalde y vicegobernador, que en nada aportan a los objetivos que se supone debe perseguir una reforma que busca hacer más eficiente el sistema político y electoral colombiano.
Por el contrario, crear estas figuras es generar más burocracia para un Estado en el que sobran los cargos inútiles y abundan las necesidades.
Lo que deberían hacer los congresistas que defienden la propuesta de que los municipios, los distritos y los departamentos tengan “vices” es repensar la estructura del Estado para simplificarlo y hacerlo más eficiente, y crear más puestos va en contravía de ello.
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