El principal desafío del distrito es que las fuerzas vivas de la ciudad se unan para consolidarlo.

Ante la importancia del proceso mediante el cual Cali se transformará administrativamente en distrito especial, el Diario Occidente y el programa de Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Buenaventura realizaron un conversatorio sobre el tema, enfocado en los retos que tendrá el próximo alcalde de la capital vallecaucana al asumir el gobierno de una ciudad que deberá reorganizarse a partir de su nueva categoría.

Después de escuchar las visiones de los ponentes, se concluye que el momento actual del proceso es clave, pues se trata de la construcción de un proyecto que deberá tramitar el Concejo para ajustar la ciudad territorial y administrativamente a la figura de distrito especial.

Allí, entre varios aspectos claves, se destacan dos: la definición de la vocación de la ciudad y su división en localidades.

Cali fue categorizada como distrito especial deportivo, cultural, turístico, empresarial y de servicios, por eso trazar las líneas para que la ciudad pueda desarrollarse en estos enfoques, o, incluso, escoger solo uno de ellos como vocación, requiere suficiente información para construir una estructura administrativa y territorial que permita avanzar en esa dirección.

Esto va ligado a la división de la ciudad en localidades, decisión que debe responder a una pregunta clave: ¿cómo deben agruparse las comunas para que haya un mejor aprovechamiento de los recursos y desde los barrios se impulse el desarrollo de la vocación de la ciudad?

Para lograr lo uno y lo otro es fundamental que este proyecto de acuerdo sea una construcción colectiva, en la que además de la Alcaldía y el Concejo, también la academia, los gremios, los sectores sociales y, desde luego, la comunidad, aporten su conocimiento de la ciudad.

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