Iniciaron los trabajos de instalación del nuevo cable tensor del Miocable y aún hay muchas preguntas sin resolver sobre los problemas que obligaron a la suspensión del servicio del teleférico que conecta a la ladera del sur de Cali con el sistema integrado de transporte masivo.

La primera y obligada pregunta tiene que ver con la vida útil del cable. Este teleférico fue puesto en funcionamiento en septiembre de 2015, tan solo cuatro años atrás, ¿es normal que se haya deteriorado en este lapso? La siguiente pregunta tiene que ver con la responsabilidad de la anterior administración de Metrocali en relación con el mantenimiento y la supervición del cable, ¿por qué no se realizó de manera oportuna?

Es muy grave que haya sido necesaria una acción de tutela, interpuesta por un usuario, para que la Superintendencia de Transporte interviniera.

La suspensión del Miocable se dio por fallas en el cable tractor, corrosión e inclusive 1.027 hilos rotos y 279 sitios de empalme en deterioro. Algo muy grave si se toma en cuenta que a través de este teleférico se transportan a diario cerca de seis mil personas.

Por eso, además de una reparación oportuna y óptima, que permita que el Miocable retome operaciones cuanto antes y sin riesgos, la ciudad debe quedar con claridad sobre si el nivel de deterioro es normal, qué lo generó y porqué no se tomaron las medidas necesarias para que no se parara el servicio. La opinión pública debe conocer los resultados de ese análisis técnico.

Lo ocurrido con el Miocable debe ser un referente de algo que no puede volver a ocurrir en la ciudad.

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