Cali, abril 23 de 2025. Actualizado: miércoles, abril 23, 2025 00:25
Las agresiones contra los guardas de tránsito se han vuelto cada vez más frecuentes en Cali; sólo en lo corrido de este año (mes y medio) han sido agredidos siete miembros del cuerpo de movilidad. ¿Qué está pasando?
Además de condenar estos hechos, injustificables desde todo punto de vista, y de sancionar a quienes han golpeado, atropellado y lanzado piedras contra los guardas, vale la pena hacer un análisis profundo del problema, pues se trata de síntoma de una enfermedad social en la que tanto autoridades como ciudadanía tienen mucho por hacer.
La anarquía no se puede seguir tomando las vías de Cali y para que el orden y el respeto entre todos los actores viales sea una realidad, los agentes de tránsito deben retomar su labor pedagógica, que fue reemplazada por el afán de la Secretaría de Movilidad de monetizar el mal comportamiento en las vías. No se trata de eliminar las multas, sino de apostar de verdad a que los conductores de todo tipo de vehículo conduzcan de la manera más responsable. Hoy, tal y como está concebido el tema, muy poco se hace para educar a quienes conducen un carro, una moto o una bicicleta, pero sí se les imponen comparendos económicos cuando cometen infracciones. Las fotomultas son la mayor expresión de este esquema, en el cual cada infractor representa un negocio.
Hay que avanzar, entonces, paralelamente en la educación de los actores viales y en los controles; para lo primero se requiere pedagogía sostenida en el largo plazo, mientras que para lo segundo se necesitan medidas inmediatas que les den a los guardas de tránsito garantías de seguridad para ejercer su trabajo.
Las agresiones a los guardas de tránsito son sólo una expresión más de la anarquía que se vive en las calles de Cali.
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