Algunos adjudican la baja aprobación de la administración del alcalde Rodrigo Guerrero por parte de los caleños a la ausencia de iniciativas propias y de proyectos de gran envergadura que lleven su firma. Lo que desconocen quienes asumen esa posición es la importancia de la continuidad y de la ejecución adecuada de los proyectos.

Hoy, a las 7:00 de la mañana, con muy bajo perfil, se dará apertura al hundimiento de la Avenida Colombia, obra bandera de la administración del ex alcalde Jorge Iván Ospina. Lo cierto del caso es que ni ésta ni ninguna de las megaobras planteadas por la administración anterior habrían podido concluirse con éxito si la actual no se compromete con la supervisión adecuada de los contratistas. Todas las administraciones son distintas. La anterior se caracterizó por impulsar grandes obras, eventos populares y actividades cívicas; la actual priorizó aspectos administrativos del Municipio, el impulso de las iniciativas empresariales y la internacionalización de la ciudad. Ambos enfoques complementarios en momentos históricos distintos.

De ese complemento hace parte el Concejo de Cali, que en el periodo 2008-2011 creyó en las megaobras y dio vía libre a su construcción a través del cobro de valorización. Si en su momento no se hubiera dado esa sinergia entre la administración municipal y la corporación, hoy el hundimiento de la Avenida Colombia continuaría en el papel.

Los Juegos Mundiales son otro buen ejemplo de la importancia de la continuidad. Cali logró la sede de las justas en la administración anterior. Sin embargo, su realización se debe al empuje que le ha inyectado la actual. No cabe duda de que la historia de la ciudad se escribe cada día, pero las realizaciones de hoy son fruto del esfuerzo de ayer. En ese sentido, aunque suene extraño que la vía más moderna de la ciudad sea inaugurada con un desfile de autos antiguos, el mensaje es claro: el pasado da paso al futuro.

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