Ojalá este crimen no quede impune, como los de tantos otros que han muerto en campaña en el Valle.

El asesinato de Silvio Montaño, exalcalde de El Cerrito, quien se presentaría nuevamente como candidato al primer cargo de este municipio en las elecciones de octubre próximo, marca un nefasto comienzo para la campaña política en el Valle del Cauca.

Ya en diciembre pasado se había presentado un ataque sicarial contra un precandidato a la Alcaldía de Cartago, Eduardo Cedeño, hecho que dejó dos personas muertas y otras cinco heridas, entre ellas el aspirante político.

Los antecedentes del Valle del Cauca en materia de violencia política son muy graves. Cada que hay campaña por el poder local, hay municipios que se convierten en zona roja para los políticos, siendo Buenaventura, Cartago y Yumbo los más peligrosos.

Por eso, ante el asesinato de Silvio Montaño, además de una rápida investigación que permita dar con los responsables materiales e intelectuales del crimen, se deben adoptar medidas para evitar que sea a través de las balas y no de votos que se definan los cargos que se someterán a elección popular este año.

La presencia de actores ilegales de toda naturaleza en el Valle del Cauca, desde narcotraficantes hasta contrabandistas, pasando por grupos armados al margen de la ley, lleva a suponer que aún hay vínculos entre el crimen y la política, y mientras estos no se rompan, será muy difícil avanzar en la lucha contra el delito, porque estas organizaciones buscarán siempre contar con dignatarios cercanos en los territorios en los que hacen presencia.

Este no puede seguir siendo un tema del que se habla solo cuando hay un muerto y que pasa al olvido a los pocos días. Ojalá este caso no se sume a los archivos de la impunidad.

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