Aunque hace tres semanas se anunciaron medidas para controlar el caos que se vive los fines de semana en el kilómetro 18, este domingo nuevamente se presentó una congestión monumental, al punto que el trayecto desde este punto hasta la entrada a Cali, que en condiciones normales toma quince minutos, tardó cinco horas.

Aunque es uno de los sitios recreativos favoritos de los caleños, el kilómetro 18 está en jurisdicción de Dagua, por lo que es a las autoridades de esta localidad a quienes les corresponde adelantar los operativos de control en este punto.

Sin embargo, ante el elevado número de carros y motocicletas que suben desde Cali los domingos y los días festivos, es necesario que cada fin de semana haya presencia de la Policía y de agentes de movilidad de la capital vallecaucana en la vía, para controlar el flujo de vehículos.

Hace un par de años se instaló un retén en la portada al mar para verificar la documentación de los automotores, medida que dio muy buen resultado en la regulación del tráfico hacia el kilómetro 18, pero que no se volvió a aplicar. También se podría coordinar el desvío a través de La Cumbre del tráfico proveniente de Buenaventura, Calima y la zona rural de Dagua.

Sin embargo, más allá de la necesidad de que las autoridades de Dagua y Cali sean constantes en la coordinación de acciones que permitan regular el tráfico desde y hacia el kilómetro 18, hay que pensar en una solución de fondo, que permita aprovechar su vocación turística.

Desde la ingeniería y la logística se puede encontrar la manera de que lo que hoy es un problema sea una mayor oportunidad de recreación para unos y de generación de ingresos para otros.

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