En menos de dos meses James Rodríguez se ganó un lugar especial en el corazón de los colombianos, con los seis goles que marcó en el Mundial de Fútbol de Brasil, que lo convirtieron en el goleador del campeonato y lo hicieron merecedor de la bota de oro, le dio grandes alegrías al país. Ahora su llegada al Real Madrid llena de orgullo a la hinchada nacional que ve a su joven ídolo, de sólo 23 años, cumplir el sueño de hacer parte del club más importante del mundo.

Hoy James Rodríguez es un gran referente para la juventud colombiana, que debe ver en él un ejemplo de talento y disciplina.

El éxito del goleador no es gratuito. Si bien tiene un gran talento, los triunfos alcanzados son el resultado de un proceso que inició cuando era niño y gracias al apoyo de su madre empezó a formarse, con esmero y dedicación, hasta empezar a abrirse su propio espacio en el competido mundo del fútbol.

Desde niño James Rodríguez soñó con jugar en un Mundial de Fútbol y también con hacer parte del Real Madrid, pero no se quedó esperando a que las oportunidades cayeran del cielo, trabajó por ellas y las alcanzó, ese ejemplo es una gran enseñanza que le deja a los niños y jóvenes colombianos: con esfuerzo y disciplina, los sueños se pueden hacer realidad.

La lección es también para los padres de familia, que, como lo hizo Pilar Rubio, la madre de James, deben estimular los talentos de sus hijos, apoyarlos y motivarlos para que se formen.

¿Cuántos James hay por ahí esperando apoyo para abrirse espacio no sólo en el fútbol sino en diferentes campos?

La historia de este goleador, de la que aún faltan muchas páginas por escribir, tiene también una moraleja para el Gobierno Nacional, que debe estimular la formación temprana de talentos en diferentes áreas, pues muchos se pierden, especialmente entre la comunidad de escasos recursos, por falta de estímulo.

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