“Ahora se ha puesto de moda que el presidente no puede hablar porque el dólar se cae o se dispara. ¿Cuándo han dicho que la libertad política queda subsumida por cinco ricos que se les ocurre sacar los dólares del país?”.

Estas palabras las dijo el presidente Gustavo Petro el pasado fin de semana en Montería, luego de una semana en la que el dólar presentó altibajos en los que estuvo muy cerca de alcanzar los $5.000, barrera que finalmente sobrepasó este martes, 1 de noviembre, y que indica que el gobierno de Colombia no ha logrado contrarrestar la desconfianza que genera en los mercados internacionales.

La cita con la que inicia este texto confirma que el presidente Petro sigue sin ser consciente o que, tal vez, se niega a admitir su responsabilidad en la devaluación del peso, pues como jefe de Estado, es decir, como determinador de la política económica del país, lo que dice y hace en la materia tiene incidencia directa en la devaluación o revaluación de nuestra moneda.

El mandatario debe ser responsable con los mensajes que envía a los mercados y a los inversionistas, pues si no les genera confianza, sacarán sus capitales hacia otros países en los que tengan garantías de estabilidad y reglas del juego claras.

En ese sentido, Petro se vuelve a equivocar cuando cuestiona a los “cinco ricos” que han sacado sus dólares de Colombia ante la incertidumbre generada, pues los inversionistas están en pleno derecho y libertad de mover sus capitales según las condiciones que les ofrezcan los países.

Si el gobierno de Colombia no da claras señales de responsabilidad económica, el dólar seguirá subiendo y, sumado al fenómeno inflacionario mundial, al alza de la gasolina, que ayer volvió a subir $200 y a la reforma tributaria, nuestro país la pasará muy mal.

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