En las actuales condiciones de las Empresas Municipales de Cali, Emcali, no debe ser fácil encontrar a alguien dispuesto a asumir el manejo de la empresa con un claro compromiso de sacarla adelante y volverla rentable para la ciudad.

Además de las complejas condiciones financieras y de mercado, Emcali tiene serios obstáculos internos que la hacen poco atractiva para un gerente de alto perfil, pues el riesgo de salir quemado, aunque tenga la experiencia, el conocimiento y la disposición, es muy alto.

La reciente sindicalización de altos ejecutivos de la empresa, que ocupan cargos estratégicos y que antes de que finalizara el anterior gobierno acudieron a esta figura para “amarrarse” a sus puestos, es un claro ejemplo de la poca capacidad de maniobra que tiene quien ocupe la gerencia de Emcali.

Si a esto se suman todas las prebendas sindicales de vieja data, el padrinazgo que ejercen muchos concejales sobre empleados “intocables” y el pesado lastre que representa mantener un componente como Telecomunicaciones, se tiene un panorama complejo.

El alcalde Jorge Iván Ospina ha realizado ingentes esfuerzos por tener un gerente de alto perfil para la empresa, pero los factores ya mencionados han dificultado que alguien con las competencias esperadas acepte el cargo, que está en interinidad.

Ojalá el Alcalde persista en este propósito y quienes han sido invitados a liderar Emcali acepten, pese a las dificultades, aportar su experiencia y su conocimiento al rescate de la empresa.

Las Empresas Municipales de Cali no tienen mucho tiempo para viabilizarse, el fantasma de la intervención aún ronda a la compañía, por eso se deben tomar decisiones de fondo, aunque sean impopulares, para evitar su colapso, y a quien ocupe la gerencia se le deben dar facultades para ello.

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